Pablo Ruiz*
En lo que va de octubre, al menos en dos ataques en Siria, donde han muerto civiles, han sido atribuidos a la coalición militar que lidera EEUU. Este 24 de octubre, 14 civiles murieron y 32 resultaron heridos en la ciudad de Deir Ezzor. Antes, en los primeros días, 18 civiles fueron asesinados, en la localidad de Raqqa, “en un bombardeo supuestamente llevado a cabo por la coalición que encabeza EEUU”, señaló EUROPRESS.
Otra nota firmada por la agencia Reuters, en septiembre, indicaba que “La coalición que lidera EEUU reconoció la muerte de otros 61 civiles debido a sus bombardeos en Irak y Siria”.
La nota de prensa decía que “La coalición internacional, contra el grupo yihadista Estado Islámico, que encabeza Estados Unidos ha reconocido la muerte de otros 61 civiles a causa de sus bombardeos en Irak y Siria, elevando a 685 las muertes de civiles de las que se ha responsabilizado”.
En julio del 2016, en plena era Obama, la agencia EFE informaba que “Estados Unidos rompió su silencio sobre los civiles que han matado sus drones en el marco de la lucha contra el terrorismo, al reconocer hasta 116 muertes de “no combatientes” en sus ataques selectivos en Pakistán, Yemen, Somalia y Libia desde que el presidente Barack Obama llegó al poder en 2009”.
Más atrás, en octubre del 2015, el diario de España “El País”, señalaba otro hecho similar: “El Pentágono ha admitido que el ataque al hospital de Médicos Sin Frontera, en el que murieron 22 personas, 12 de ellos miembros de la organización, fue un error que pasó por la cadena de mando estadounidense”.
A estos hechos, el asesinato de civiles, eufemísticamente le han llamado “daños colaterales” término que ha sido acuñado particularmente por los militares estadounidenses.
Según Wikipedia: “El término comenzó siendo un eufemismo acuñado por el ejército de los Estados Unidos durante la Guerra de Vietnam y puede referirse a fuego amigo o al asesinato de civiles y destrucción de sus propiedades”.
Crímenes de guerra
De acuerdo al Derecho Internacional Humanitario, sin embargo, estas muertes sucesivas de civiles “no combatientes”, sucedidas en el tiempo y en países tan distintos, podrían constituir crímenes de guerra.
Actualmente es la Corte Penal Internacional (CPI) la que “tiene la capacidad de investigar y llevar ante la justicia a quienes cometan las violaciones más graves en contra del derecho internacional humanitario, a saber crímenes de guerra, crímenes de lesa humanidad y genocidio”, indica la Coalición por la Corte Penal Internacional.
La CPI tiene su sede en La Haya, Países Bajos, y fue establecida en acuerdo con el Estatuto de Roma. El tratado fundacional de la CPI entró en vigor el 1 de julio de 2002. A la fecha, el Estatuto de Roma ha sido ratificado por 122 Estados. Sin embargo, Estados Unidos no ha firmado ni es parte de la CPI.
El Estatuto de Roma entiende por “crímenes de guerra” las infracciones graves de los Convenios de Ginebra del 12 de agosto de 1949.
De acuerdo al Comité Internacional de la Cruz Roja Internacional (CICR) “En tiempo de guerra, se deben observar ciertas normas de humanidad, incluso para con el enemigo. Tales normas figuran principalmente en los cuatro Convenios de Ginebra del 12 de agosto de 1949”.
Es bueno recordar a todos los países, y principalmente a EEUU, que “las bases de los Convenios de Ginebra son el respeto y la dignidad del ser humano. En ellos se estipula que las personas que no participan directamente en las hostilidades y las que están fuera de combate a causa de enfermedad, herida, cautiverio o por cualquier otro motivo, deben ser respetadas, protegidas contra los efectos de la guerra, y las que sufren deben ser socorridas y atendidas sin distinción”, indica la CICR, agregando que “en los Protocolos adicionales se extiende esa protección a toda persona afectada por un conflicto armado. Además, se impone a las Partes en conflicto y a los combatientes abstenerse de atacar a la población civil y los bienes civiles y conducir sus operaciones militares de conformidad con las normas reconocidas y de la humanidad”.
Pese a que EEUU no firmó el Estatuto de Roma, una nota difundida en noviembre del 2016 por la agencia EFE señaló que la fiscalía de la Corte Penal Internacional tiene “razones sólidas para creer que las fuerzas del ejército de Estados Unidos desplegadas en Afganistán podrían haber cometido crímenes de guerra en territorio afgano”.
Según la información, EEUU cometió crímenes de guerra en Afganistán: “El informe del fiscal revela que miembros de las fuerzas armadas norteamericanas sometieron al menos a 61 personas detenidas a tortura y que oficiales de la CIA torturaron a otros 27 arrestados en el periodo 2003-2004 y, en algunos casos, hasta 2014”.
Según la CPI, estos centros de detención estaban gestionados por la CIA, y los crímenes de guerra tuvieron lugar “principalmente durante el periodo 2003-2004” aunque “en algunos casos continuaron hasta 2014”.
La oficina de la Fiscalía afirmó entonces que “llevará a cabo una investigación completa sobre el asunto afgano y que según los resultados podrían presentar cargos individuales e incluso emitir órdenes de arresto”.
Guerra y Paz en el Siglo XXI
El historiador Eric Hobsbawm, ya en su libro “Guerra y Paz en el Siglo XXI”, publicado el 2007, señalaba que “El siglo XX ha sido el más sangriento en la historia conocida de la humanidad. La cifra total de muertos provocados directa o indirectamente por las guerras se eleva a unos 187 millones de personas”.
“El contraste entre la primera guerra mundial y la segunda -dice- es sobrecogedor: solamente el 5 por 100 de las víctimas de la primera guerra mundial eran civiles; en la segunda, el porcentaje se elevó hasta 66 por 100. En la actualidad, la proporción de víctimas civiles de cualquier guerra se sitúa entre el 80 y el 90 por 100 del total”.
Hobsbawm, indicaba claramente que hay, en adelante, una desaparición, en los conflictos y en las guerras, de la línea que separa a los “combatientes” de los “no combatientes”.
“Tras la contienda se dio un periodo que no podemos calificar claramente como de guerra o de paz ateniéndonos a las definiciones tradicionales, de ahí la intervención de la expresión de “guerra fría” para describirlo” y que sin duda, llega hasta hoy, porque la guerra nunca se detuvo con la caída del muro de Berlín y la desaparición de la URSS.
Hobsbawm, fue categórico al decir que “El mundo no conoce la paz desde 1914, ni siquiera ahora” agregando que “cabe discutir si las acciones en que se ha visto envuelto el ejército de EEUU desde el final de la guerra fría en diferentes zonas del planeta no son, en el fondo, una continuación del periodo de guerra mundial”.
* Pablo Ruiz, es parte del Observatorio por el Cierre de la Escuela de las Américas. Este articulo ha sido escrito para la revista El Derecho de Vivir en Paz