Por Olga Pinheiro*

En estos tiempos, no podemos dejar de mencionar la emergencia climática, la gran amenaza al planeta que representa la destrucción acelerada de la selva Amazónica, con niveles récords desde la llegada, en Brasil, de Jair Bolsonaro al poder. 

Sin la preservación de la mayor selva tropical del planeta, no hay cómo controlar el sobrecalentamiento global. En los últimos 11 meses hubo la mayor devastación de los últimos diez años y sólo en junio de este año la Amazonía perdió 926 km² de bosque, o sea, un territorio casi tres veces que la ciudad de Fortaleza, que es la quinta ciudad más grande de Brasil. 

En el Estado del Pará es donde más se concentra la selva amenazada y es uno de los lugares más letales del mundo para los defensores de la tierra y del medio ambiente. Con el inicio de este gobierno, 2019-2020, se utilizaron 100 toneladas de mercurio para extraer oro ilegalmente en la región (¡según estimaciones oficiales!), contaminando a la población, el suelo, el aire y los ríos. 

Y hablando en ríos, ahí cerquita del río Amazonas, en Perú, en Iquitos, hay una base militar llamada NAMRU-6 que es la sigla de la Unidad de Investigación Médica Naval de Estados Unidos y que tiene el rótulo de ser una base militar para estudios de enfermedades infecciosas. También EEUU abrió una sucursal de  NAMRU-6 en la base militar de Soto Cano en Honduras. ¿Qué están haciendo ahí los militares de EEUU? ¿Estudiando enfermedades infecciosas? ¿Los desechos de sus investigaciones estarán contaminan el Amazonas?, son algunas de las preguntas que nos deberíamos hacer.

En Indonesia, una base similar, la base NAMRU-2, fue cerrada por la desconfianza y la falta de transparencia de EEUU sobre sus acciones ahí. ¿Por qué nosotros deberíamos ser los confiados? La base militar NAMRU-6 nos debe preocupar a todos en América Latina y preocupar a Perú también ya que EEUU es un país que ha fabricado y usado armas biológicas. 

También recordar que en noviembre de 2017 se realizaron en la ciudad tri-fronteriza de Tabatinga, los ejercicios militares «AmazonLog17», con la participación del  ejército  de EEUU, de Brasil, de Colombia y de Perú,  en la región de la Amazonía. La Amazonia debe ser zona de paz y libre de bases y ejercicios militares.

Por otro lado, hasta el día de hoy, permanece impune el Día del Fuego realizado hace dos años, donde decenas de empresarios y terratenientes bolsonaristas y sus cómplices planearon por WhatsApp el incendio criminal de varias áreas de la Amazonia el día 10 de agosto. El periodista Adécio Piran, que hizo la denuncia, vive bajo amenaza de muerte hasta hoy. 

Llegaron incluso a realizar una «colecta» para los gastos de combustibles y contratación de motoqueros para el servicio de hacer arder la selva, para volverla pasto para sus ganados. 

Además de la Amazonía, el Pantanal brasileño también está siendo devastado. En 2020, el Pantanal sufrió el más grande ataque de su historia. Incendios criminales destruyeron cerca de 4 millones de hectáreas, 26% del bioma – una área mayor que Bélgica – fue consumido por el fuego. Unos 4,6 billones de animales fueron afectados y al menos 10 millones murieron y en el territorio de Mato Grosso do Sul, 1,7 millones de hectáreas se convirtieron en cenizas. En Mato Grosso, la destrucción fue mayor: casi 2,2 millones de hectáreas. Y, como sabemos, el gobierno genocida de Jair Bolsonaro, no hace nada.


* Estos apuntes fueron realizados en el contexto del foro «EEUU: Amenazas a la Paz Mundial» realizado en julio de 2021

EEUU, Brasil, Colombia y Perú lanzan maniobra conjunta en Amazonía

Por Editor

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