Compartimos los siguiente artículos sobre Las Malvinas que siguen siendo ocupadas por Reino Unido país miembro de la OTAN pese a los reclamos de Argentina.

A 190 años de la ocupación ilegal de las Islas Malvinas

Hoy (3 de enero) se cumplen 190 años de la ocupación ilegítima de las Islas MalvinasEl 3 de enero de 1833, las Islas Malvinas fueron ilegalmente ocupadas por fuerzas británicas que desalojaron a la población y a las autoridades argentinas allí establecidas legítimamente, reemplazándolas por súbditos británicos que instauraron desde entonces medidas restrictivas para evitar el reasentamiento del pueblo argentino. Este acto de fuerza británico contrario al derecho internacional y que fue llevado a cabo en tiempos de paz sin que mediara comunicación ni declaración previa alguna, que culminó con la ocupación ilegal de las Islas Malvinas, fue inmediatamente rechazado y protestado por las autoridades argentinas de aquel momento. Desde entonces todos los gobiernos argentinos han reafirmado ininterrumpidamente sus legítimos e imprescriptibles derechos soberanos sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes.

Las Islas Malvinas formaron parte del área bajo jurisdicción de España desde la entrada en vigor de los primeros instrumentos internacionales que delimitaron el «Nuevo Mundo» desde 1492. Entre 1767 y 1811 hubo una sucesión continua de 32 gobernadores españoles en las islas hasta que en el marco del proceso de independencia los primeros gobiernos patrios de las Provincias Unidas continuaron con el ejercicio de soberanía y la administración de las Islas Malvinas, a las que consideraron parte integrante de su territorio, heredado de España por sucesión de Estados según el principio del uti possidetis iuris de 1810.

El 6 de noviembre de 1820 el coronel de la Marina argentina David Jewett tomó posesión oficial de las Islas Malvinas en nombre de las Provincias Unidas del Río de la Plata, izando la bandera argentina por primera vez. Asimismo, el gobierno argentino procedió al dictado de normas y al establecimiento de las estructuras jurídicas y administrativas que consolidaron el ejercicio pleno de su soberanía, incluyendo el fomento al desarrollo de actividades comerciales y el establecimiento de población.

En ese marco, el gobierno de la Provincia de Buenos Aires creó el 10 de junio de 1829 la Comandancia Política y Militar de las Malvinas y las adyacentes al Cabo de Hornos.

Sin embargo, el 3 de enero de 1833 dicho ejercicio efectivo de la soberanía fue interrumpido mediante un acto de fuerza ilegal británico. Desde entonces, subsiste una disputa de soberanía entre la República Argentina y el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, tal como fuera reconocida por la Asamblea General de las Naciones Unidas mediante la resolución 2065 (XX). Esta resolución, adoptada en 1965 sin ningún voto en contra, consagra el llamado de la comunidad internacional a proceder sin demora a negociaciones bilaterales entre la Argentina y el Reino Unido que permitan encontrar una solución pacífica a la disputa de soberanía teniendo en cuenta los intereses de los habitantes de las islas.

A su vez, la comunidad internacional ha reiterado la necesidad de reanudar las negociaciones bilaterales a la brevedad posible, lo que fue expresado en  10 resoluciones de la Asamblea General y en más de 40 resoluciones del Comité Especial de Descolonización de la ONU y en numerosas declaraciones de foros regionales y multilaterales tales como la OEA, el G77 más China, el MERCOSUR, la Cumbre Iberoamericana, la CELAC, el SICA, el PARLASUR, el PARLACEN, el Foro de Cooperación América del Sur- África (ASA) y la Cumbre Países  Árabes – Sudamérica (ASPA).

La negativa británica a cumplir con la obligación de resolver la controversia por medios pacíficos y de poner fin al colonialismo en todas sus formas se encuentra agravada por la continua introducción de actos unilaterales por parte del Reino Unido. Estas acciones incluyen la exploración y explotación de recursos naturales renovables y no renovables, que la Argentina ha rechazado ininterrumpidamente.

Asimismo, el Reino Unido mantiene en las islas una injustificada y desproporcionada presencia militar con la que regularmente realiza maniobras y ejercicios toda vez que la Argentina no representa ninguna una amenaza para el Reino Unido. En este año se cumplen 40 años desde la recuperación de la democracia en Argentina, período en el cual todos los gobiernos han reivindicado la solución pacífica de las controversias.

Como parte de la militarización británica en el Atlántico Sur, recientemente el Reino Unido ha buscado introducir fuerzas de seguridad de terceros actores en las islas, lo que la Argentina ha protestado enérgicamente ya que constituye un apartamiento deliberado de los llamamientos de las numerosas resoluciones de las Naciones Unidas y de otros organismos internacionales.

Todos estos actos unilaterales británicos son contrarios a la resolución 31/49 de la Asamblea General de las Naciones Unidas y han suscitado múltiples expresiones de preocupación y rechazo por parte de la comunidad internacional.

Por otro lado, la presencia militar británica, en particular, contradice también la resolución 41/11 de la Asamblea General (Zona de Paz y Cooperación del Atlántico Sur) que, entre otras disposiciones, exhorta a los Estados de todas las demás regiones, en espacial a los Estados militarmente importantes, a que respeten escrupulosamente la región del Atlántico Sur como zona de paz y de cooperación, en particular mediante la reducción y eventual eliminación de su presencia militar en dicha región.

La Argentina advierte con preocupación que aún hoy se ejercen con discrecionalidad políticas migratorias restrictivas que limitan la posibilidad de establecer residencia, adquirir tierras, contraer empleo o iniciar actividades comerciales o profesionales en las Islas Malvinas, en particular respecto de los argentinos provenientes del territorio continental.

Recientemente se han cumplido 40 años de la resolución 37/9 de la Asamblea General de las Naciones Unidas, adoptada el 4 de noviembre de 1982, a los pocos meses de haber finalizado el conflicto del Atlántico Sur. La resolución estableció que el conflicto no modificó la naturaleza de la disputa de soberanía y, recordando las resoluciones 2065 (XX) y 3160 (XXVIII), solicitó, una vez más, a los gobiernos de la Argentina y del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte que reanuden las negociaciones a fin de encontrar a la mayor brevedad una solución pacífica a la disputa de soberanía referida a la cuestión de las Islas Malvinas y solicitó al Secretario General que, sobre la base de la presente resolución, emprenda una misión renovada de buenos oficios a fin de asistir a las partes, la cual hoy se encuentra vigente y con la que el Reino Unido se rehúsa a cooperar.

Luego de 190 años de colonialismo en las islas Malvinas, la comunidad internacional hace un llamado a poner fin a esa situación anacrónica. Es hora de que el Reino Unido cumpla con su obligación internacional de resolver las controversias por medios pacíficos y de poner fin al colonialismo en todas sus formas. La Argentina reafirma su disposición a retomar las negociaciones con el Reino Unido conforme los reiterados llamados de la comunidad internacional, con el mismo espíritu constructivo que el de los años siguientes a la adopción de la resolución 2065 (XX), período en el que las dos partes pusieron en marcha los mecanismos de negociación estipulados en dicha Resolución y asimismo, reitera el pedido al Secretario General de la ONU que renueve los esfuerzos en el cumplimiento de la misión de buenos oficios que le fuera encomendada por la Asamblea General a través de sucesivas resoluciones.

La República Argentina reafirma una vez más, a 190 años de la usurpación de las Islas Malvinas, sus legítimos e imprescriptibles derechos soberanos sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes. La recuperación del ejercicio efectivo de la soberanía sobre esos territorios australes, conforme el derecho internacional y respetando el modo de vida de sus habitantes, es un objetivo permanente e irrenunciable del pueblo argentino, tal como se encuentra plasmado en la disposición transitoria primera de nuestra Constitución Nacional.

Puplicado en:

https://www.cancilleria.gob.ar/es/actualidad/noticias/190-anos-de-la-ocupacion-ilegal-de-las-islas-malvinas

 


 

La nueva amenaza del Reino Unido en Malvinas

Las Islas Malvinas y el Atlántico Sur son territorios geoestratégicos y geopolíticos claves en el contexto de disputa internacional, que las potencias imperialistas no están dispuestas a perder. Una alianza militar que ya generó repudio en Argentina.

Ejercicios militares entre Gran Bretaña y Kosovo alertaron al gobierno argentino.

A finales de noviembre, el autoproclamado Gobierno de la República de Kosovo aprobó, con 77 votos a favor, el acuerdo realizado con el Ministerio de Defensa del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte para la adscripción de personal de la Fuerza de Seguridad de Kosovo (KSF) en las Islas Malvinas, a la Compañía de Infantería Roulement.

Es decir que, bajo el patrocinio británico, Kosovo enviará un Contingente de la Fuerza de Seguridad de Kosovo a las Islas Malvinas bajo el rótulo de “operación de apoyo a la paz”. Proviniendo de uno de los principales miembros de la OTAN y de los países colonialistas e imperialistas, sabemos que las “operaciones de paz” no se acercan ni un poco a esa idea. Y, aunque suene trillado, también recordamos que muchas guerras se desarrollaron en el nombre de la paz.

Suena particularmente contradictorio que Inglaterra lleve adelante una misión de apoyo a la paz en las Islas Malvinas cuando históricamente se ha encargado de violar cada uno de los acuerdos y resoluciones decididas en las Naciones Unidas, y avanzar sobre el territorio argentino ilegítimamente ocupado.

Argentina todavía no reconoce a Kosovo como un país.

¿Por qué Kosovo a Malvinas?

Si bien resulta inalcanzable poder trazar la historia de los Balcanes Occidentales para poder entender de manera exhaustiva los detalles que llevaron a la desintegración de Yugoslavia en varios Estados, nos enfocaremos en comprender que dichos procesos llevaron a ubicar geopolíticamente a Serbia como aliado ruso en la región y a Kosovo como protectorado de la OTAN.

Luego de los bombardeos de la OTAN sobre Yugoslavia en 1999, una operación lanzada unilateralmente por la Alianza sin autorización del Consejo de Seguridad de la ONU, se llegó a un Acuerdo Técnico Militar que supuso el fin de la guerra y posicionó a la fuerza militar de la OTAN para Kosovo, la KFOR, con una presencia definitiva en el corazón de los Balcanes.

En febrero de 2008, Kosovo declaró unilateralmente su independencia de Serbia, creando un Estado nuevo autoproclamado República de Kosovo. Actualmente, un 60% de países que conforman la ONU no reconocen a Kosovo como Estado independiente ni soberano, incluyendo a Serbia, Rusia, China, Chipre, Grecia, España, Rumanía y gran parte de Nuestra América, África y Asia.

Argentina tampoco reconoce a Kosovo, especialmente por la importancia que le otorga a la resolución 1.244 del Consejo de Seguridad de la ONU de 1999, que resalta el principio de integridad territorial y la solución de las controversias mediante un acuerdo negociado y mutuamente aceptado por las partes involucradas, principios que resultan relevantes para la cuestión de las Islas Malvinas.

Actualmente, en Kosovo se encuentra una de las bases militares militares más grandes y costosas creadas por Estados Unidos: el Campo Militar de Bondsteel. Entonces, ¿Por qué Kosovo querría enviar a entrenar a sus fuerzas al exterior teniendo una de las bases militares más grandes en su territorio?

A Kosovo le interesa formar parte de cualquier plataforma, acuerdo o proyecto que dicte el bloque EEUU / Reino Unido/ OTAN, especialmente si se trata de entrenamientos militares y reconocimiento internacional como país independiente.

En este sentido, también vale preguntarse, ¿por qué Inglaterra decide llevar fuerzas kosovares a las Islas Malvinas, y no a cualquier otra de sus bases? Podemos observar dos intereses ubicados dentro de un gran objetivo único: mantener su hegemonía frente al contexto internacional de disputa por la reconfiguración del sistema de orden mundial, o también denominado por ellos mismos, proyecto de Global Britain. 

Por un lado, Reino Unido sigue avanzando en sus relaciones con los países de Europa del Este, por lo que este tipo de acuerdos fortalece su posición en la región que posee un alto interés geopolítico, ya que se trata de un puente entre Asia y Europa occidental. Además, Kosovo, como protectorado otantista está dispuesto a ser utilizado como herramienta de desestabilización. 

La importancia geopolítica de las Islas Malvinas es indiscutible para el poder colonial.

La estrategia colonial del Reino Unido

Por otro lado -el punto que nos interesa desarrollar aquí- Reino Unido está interesado en consolidar su presencia en el Atlántico Sur. La misión de Kosovo en las Islas Malvinas comprende hasta siete (7) miembros de las KSF, por lo que se trata de un pequeño contingente, casi simbólico.

En este sentido, el doctor en historia, docente e investigador, Guillermo Martín Caviasca, le explica a esta periodista que no se trata de ninguna novedad este tipo de avance del Reino Unido. De hecho considera que “Malvinas ha sido usado reiteradamente para aclimatar tropas para ir a otros escenarios de combate”.

La principal intención de Inglaterra, explica Caviasca, es “demostrar que tienen el control sobre el territorio, que ejercen soberanía”. “Demuestran que nosotros (Argentina) no podemos hacer nada para evitarlo”, agrega el autor de libros y artículos sobre historia argentina, historia militar, geopolítica y relaciones internacionales, .

Este acuerdo sale justo cuando se cumplen 57 años de la adopción de la resolución 2065 (XX) de la ONU. La primera referida exclusivamente a la Cuestión Malvinas, en la cual se reconoce la existencia de una disputa de soberanía entre la Argentina y el Reino Unido y se invita a ambos países a negociar para encontrar una solución pacífica a la controversia. Entre los principales puntos de la Resolución 2065 (XX) se establece que el caso de las Islas Malvinas es una de las formas de colonialismo al que se debe poner fin.

Desde Cancillería Argentina emitieron un comunicado el 1 de diciembre rechazando de “forma contundente la intención de enviar nuevas tropas militares a las Islas Malvinas, territorio argentino ilegítimamente ocupado por el Reino Unido”. En el comunicado detallaron que “constituyen una injustificada demostración de fuerza y un deliberado apartamiento de los llamamientos de numerosas resoluciones internacionales de la Asamblea General de las Naciones Unidas y de otros foros internacionales”.

El mensaje de la Cancillería Argentina también expresa que “el envío de Fuerzas de Seguridad kosovares al Atlántico Sur contraviene específicamente la resolución 31/49 de la Asamblea General de las Naciones Unidas que insta a ambas partes (Argentina y Reino Unido) a que se abstengan de adoptar decisiones unilaterales que entrañen la introducción de modificaciones en la situación mientras las Islas están atravesando el proceso de negociación recomendado por la misma Asamblea”.

También se estaría violando la resolución 2621 (XXV) de la Asamblea General de la ONU que “insta a todos los Estados Partes a condenar y oponerse a las actividades y arreglos militares de las potencias coloniales, ya que constituyen un obstáculo para el proceso de descolonización”.

Reino Unido no sólo viene violando sistemáticamente los acuerdos y resoluciones decididos por la ONU, pese a que contradictoriamente dicen defender y liderar la “democracia” y el “orden basado en normas y valores”. Sino que además hace años que avanza sobre el territorio argentino del Atlántico Sur en aspectos militares, económicos, geográficos, científicos, energéticos, explotación de recursos e incluso colocando armamentos nucleares, como lo denunció el propio Secretario de Estado sobre Malvinas, Antártida y Atlántico Sur, Guillermo Carmona.

En un contexto de reconfiguración del sistema de orden mundial en donde encontramos al bloque anglo-occidental en declive frente al avance multipolar en ascenso liderado por el eje sino-ruso, mantener la hegemonía y el control sobre un territorio geopolítica y geoestratégicamente importante, como es el Atlántico Sur, resulta clave para las potencias colonialistas/imperialistas.

En las Islas Malvinas y el Atlántico Sur se encuentra el Complejo Militar de Mount Pleasant y la Cuarta Flota de la Armada de los EEUU.

Islas militarizadas en una zona de paz

Recordemos que en las Islas Malvinas y el Atlántico Sur se encuentra el Complejo Militar de Mount Pleasant y la Cuarta Flota de la Armada de los Estados Unidos. El primero es “el centro militar más importante de toda América Latina e integra el dispositivo de seguridad global montado por la OTAN lo cual evidencia la relevancia estratégica que los británicos y sus aliados le otorgan al Atlántico Sur”, describen desde el Centro de Estudios de Integración Latinoamericana «Manuel Ugarte». La Cuarta Flota de EEUU es la responsable de todas las operaciones en el Caribe, América Central y América del Sur.

Las Islas Malvinas y el Atlántico Sur poseen una importancia geoestratégica y geopolítica debido a su posición “de “pivote” entre vastos espacios marítimos, insulares y continentales, ricos en recursos ictícolas e hidrocarburíferos y otros recursos estratégicos”, explican desde el Centro.

También destacan el emplazamiento geográfico de las Islas Malvinas que se “encuentra próximo a espacios codiciados por parte de poderes hegemónicos mundiales, muy particularmente el Estrecho de Magallanes”, que funciona como corredor interoceánico entre el Atlántico y el Pacífico.

Por último, describen desde el Centro, “la proximidad de la denominada confluencia antártica”, dota a la región de “una notable riqueza biogeográfica, potencialidad ictícola, con aguas ricas en nutrientes y ecológicamente muy productivas”. Además, las Islas Malvinas se encuentran muy cerca del continente antártico que, según el Centro, “alberga alrededor del 80% del agua dulce del planeta y concentra reservas de carbón, petróleo, hierro y otros minerales”.

 

Frente al contexto actual de disputa internacional, como reflexiona Caviasca, “Inglaterra no resignará parte de sus lugares claves que le permiten desplegarse como potencia en el mundo, como es el Atlántico Sur”.

Constantini Micaela es periodista internacional en PIA Noticias y ARGmedios.

Publicado en:

La nueva amenaza del Reino Unido en Malvinas

Por Editor

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