La OTAN arranca este lunes 17 de octubre sus ejercicios nucleares en Bélgica y que contarán con la participación de 14 aliados y hasta de 60 aeronaves, incluyendo cazas de combate de quinta generación.
El propio secretario general aliado, Jens Stoltenberg, confirmó la semana pasada que la OTAN sigue adelante con estos ejercicios que se extenderán hasta el 30 de octubre e indicó que se trata de un entrenamiento «rutinario» que no obedece a la actualidad en Ucrania. «Sirven para garantizar que las capacidades nucleares de la OTAN permanezcan seguras, protegidas y efectivas», aseguró Stoltenberg.
Mientras tanto, la Coalición Belga Contra Armas Nucleares se opuso a las maniobras y solicitó la semana pasada que el Gobierno del país las cancelara. «Es irresponsable celebrar tales ejercicios en condiciones de alta tensión nuclear en las relaciones con Rusia«, declaró.
Desde la Coalición indicaron que los simulacros convierten a Bélgica en «posible blanco en caso de una confrontación nuclear», particularmente teniendo en cuenta que alberga la sede de la OTAN e instituciones de la Unión Europea.
También la organización señaló que «Participar en este ejercicio también significa que Bélgica no cumple con sus propias obligaciones internacionales. Bajo el Tratado de No Proliferación Nuclear, los estados poseedores de armas nucleares acordaron no “transferir” o “poner bajo el control de estados no poseedores de armas nucleares” armas nucleares. El hecho de que los aviones de combate de Bélgica, Alemania, Italia y los Países Bajos se estén entrenando para desplegar las bombas nucleares ellos mismos, después de haber sido activadas por Estados Unidos en tiempos de guerra, es claramente una violación del TNP».