Pax Christi International (PCI), es una organización que cumplió 76 años y que tiene presencia en muchos países del mundo. Entrevistamos a Mary T. Yelenick, delega de PCI ante las Naciones Unidas,  sobre la problemática de las armas nucleares que amenazan terminar con la existencia humana.  

– Nos gustaría saber, desde su punto de vista, ¿por qué Pax Christi hace campaña contra las armas nucleares?

Cualquier uso, o intercambio, de armas nucleares -ya sea por intención y diseño, por error o por piratería informática, o por cualquier otro motivo- plantea el horrible riesgo de la aniquilación mundial.  Las armas nucleares actuales son mucho más letales, portátiles y destructivas incluso que las que Estados Unidos lanzó sobre la población de Hiroshima y Nagasaki hace 75 años.  Hoy en día, cualquier uso de armas nucleares probablemente resultaría en la extinción de toda la creación -toda la humanidad, y cualquier otra criatura en la tierra- ya sea por incineración y envenenamiento por radiación, o por la hambruna global resultante del polvo resultante de una explosión nuclear, bloqueando el sol.  Mientras existan estas monstruosas armas, toda la creación vive en peligro existencial.

– La era Trump será recordada por su discurso de odio y su falta de diplomacia. En Europa, debido a las agresiones de Trump hacia sus aliados, en Francia y Alemania, algunos han hablado de la necesidad de fabricar sus armas nucleares para no depender tanto de Estados Unidos. ¿Qué opina usted de esto?
Como reconocieron y advirtieron hace varias décadas el presidente estadounidense Reagan y el presidente de la URSS Gorbachov, nunca se puede ganar una guerra nuclear, por lo que nunca se debe librar.  Es una locura dedicar recursos humanos y financieros críticos, recursos que de otro modo podrían utilizarse para garantizar la verdadera seguridad (frente al hambre, la falta de vivienda, la pobreza, la enfermedad y otras aflicciones mortales).  Las armas nucleares no pueden utilizarse nunca. Así que poseerlas y perseguirlas es irracional, un despilfarro y un sinsentido.  La pandemia actual ha dejado muy claro -en Estados Unidos, Europa y en todo el mundo- que la verdadera seguridad humana y planetaria reside en compartir, y no en dominar.

En cuanto a la no proliferación de armas nucleares, ¿qué espera Pax Christi de la administración Biden?
La “modernización” de las armas nucleares -una frase utilizada por la Administración Obama, y que todavía se utiliza hoy en día- es una frase que suena benigna y que esconde el insidioso propósito de este trabajo: hacer que esas malvadas armas sean aún más portátiles y mortales.  Los únicos que se benefician de la “modernización” de las armas nucleares son los fabricantes de municiones.

El gobierno de Biden será presionado por esos proveedores de armas de destrucción masiva, utilizando este tipo de lenguaje engañoso, para justificar más gastos en armas nucleares.  Nosotros, el pueblo, debemos levantarnos; debemos hablar claramente, en voz alta y con urgencia; debemos presionar; debemos protestar activamente contra este mal y esta locura.  Pax Christi Internacional está haciendo este trabajo en conjunto con muchos otros, incluyendo la Campaña Internacional para la Abolición de las Armas Nucleares (“ICAN”), de la cual Pax Christi Internacional ha sido un miembro activo desde hace mucho tiempo.

– ¿Qué opina de la posición del Papa Francisco, que ha expresado la preocupación de la Iglesia católica por el tema de las armas nucleares?

Las armas nucleares son un mal.  Su sola presencia en el mundo -y en la mente de sus creadores y perpetuadores- es completamente contraria a la directiva evangélica de Jesús de amarse unos a otros.  El Papa Francisco simplemente está afirmando esa verdad.  No cabe duda de que está sometido a una tremenda presión por parte de aquellos que se benefician significativamente del desarrollo, la “modernización”, el alojamiento y el mantenimiento de las armas nucleares, algunos de los cuales son indudablemente católicos, y que incluso pueden ser grandes contribuyentes de la Iglesia.  El dinero, por desgracia, habla.  El Papa Francisco está tomando lo que muchos de nosotros creemos que debe ser la posición de la Iglesia Católica: que las armas nucleares son una afrenta a Dios, y una amenaza existencial para la creación de Dios.

–  Por último, ¿deben las personas, los cristianos, preocuparse y pronunciarse contra las armas nucleares? ¿Por qué?
Las armas nucleares son el epítome del mal.  Su propósito es amenazar, matar y mutilar -no amar- a nuestro prójimo.  Su existencia requiere el desvío masivo de fondos de los pobres, los hambrientos, los indigentes, los enfermos y los sin techo.  Sus pruebas han irradiado cuerpos y tierras -en su mayoría de pueblos indígenas, en el Pacífico Sur, en Estados Unidos y en otros lugares- manifestando y apuntalando estructuras racistas de dominación completamente incompatibles con las enseñanzas de Jesús.  Y nadie -ningún ser querido, ninguna tierra, ninguna criatura, ningún paisaje o arroyo corriente, ninguna puesta de sol o bandada de gansos migratorios, ninguna sinfonía ni canto de pájaros ni ballenas saltarinas- se salvará o sobrevivirá a ningún uso de armas nucleares.  Nos debemos a nosotros mismos, a nuestros vecinos, a toda la amada creación de Dios, trabajar activamente para eliminar esta malvada amenaza que amenaza con eliminar todo lo que conocemos y amamos.

Sitio web: www.paxchristi.net

Esta entrevista fue publicada en la Revista El Derecho de Vivir en Paz 2021

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Por Editor

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