Declaración Pública Comunidad Ecuménica Martin Luther King
En este momento de nuestra historia política escuchamos con nueva fuerza la llamada profética al pueblo de Dios: «Yo, el Señor, te he llamado para la justicia…, para que abras los ojos de los ciegos y saques a los cautivos de la prisión y de la cárcel»… (Isaías 42, 6-7)
Saludamos con entusiasmo el resultado del plebiscito constitucional al que fue convocado el pueblo de Chile el 25 de octubre recién pasado. El incremento de la participación electoral a pesar de las restricciones impuestas por la pandemia; la elevada adhesión a las opciones “Apruebo” y “Convención Constitucional” fueron demostrativos, una vez más, del repudio que existe en nuestra sociedad hacia la ilegítima constitución impuesta por la dictadura.
Reconocemos que quienes fueron a votar, y quienes lograron la contundencia de los resultados, son mayoritariamente los y las jóvenes del mundo popular. Jóvenes que han sido reiteradamente acusados de violentistas y vándalos. Vaya nuestra gratitud para ellos y ellas que han sabido movilizarse, organizarse y participar de este proceso institucional a pesar de la legítima desconfianza que nos produce a la mayoría de los y las habitantes de este país los acuerdos a los que llegan los partidos políticos institucionales. Confiamos que esta voluntad de organizarse, movilizarse y participar siga marcando el rumbo de la lucha por terminar con el régimen de violencia estatal y segregación social impuesto por la dictadura cívico militar.
Constatamos que el proceso plebiscitario nos mostró también que la constitución de 1980 era la constitución de las tres comunas de los más ricos; de los corruptos que han depredado las riquezas del país y vandalizado la vida de sus habitantes. La constitución de una elite política, empresarial, académica, manipuladora de los medios de comunicación y de las encuestas; elite de gerentes y administradores de fundaciones y ONG’s que acallan la voz de la sociedad civil crítica del modelo neoliberal imperante.
Repudiamos que integrantes de esa elite, que tanto daño ha causado a los pueblos de Chile, intenten aprovecharse de este resultado y se embarquen en un carnaval de candidaturas a constituyentes que está provocando una gran indignación y rechazo en el mundo popular juvenil y en las organizaciones que han sostenido las movilizaciones sociales durante muchos años.
Demandamos frente a los desafíos de este nuevo período:
- La liberación de los presos políticos de la revuelta.
- Medidas efectivas de control de la violencia policial y plenas garantías para el juzgamiento de las violaciones de los derechos humanos.
- Derogación de todas las leyes represivas aprobadas con posterioridad al 18 de octubre de 2019.
- Moratoria legislativa a los tratados internacionales y a todas las leyes que profundizan el modelo neoliberal repudiado por los pueblos que habitan Chile.
- Eliminación de los obstáculos para la efectiva participación de los ciudadanos y ciudadanas en la elección de constituyentes.
- Supresión de las restricciones ilegítimas a la soberanía popular contenidas en el mal llamado Acuerdo por la Paz y una Nueva Constitución.
- Implementación de medidas efectivas que aseguren el pluralismo en los medios de comunicación.
Llamamos a las organizaciones sociales, cabildos y asambleas territoriales a hacer los máximos esfuerzos para constituir una articulación que sea capaz de asegurar una mayoría suficiente en la Convención Constitucional que permita avanzar en las transformaciones por las cuales se ha luchado durante toda la existencia del país plurinacional y multicultural que somos.
Convocamos también a los partidos políticos a que reconozcan que su rol en este proceso es asegurar la plena y efectiva expresión de la soberanía popular y actúen en consecuencia.
Comunidad Ecuménica Martin Luther King