Por John Blake
Las imágenes y fragmentos de audio del juicio congtra Derek Chauvin permanecerán en la memoria de las personas por años. Sin embargo, una imagen desgarradora sobresale del resto.
Fue la mirada indiferente en los ojos de Chauvin el 25 de mayo de 2020, cuando le quitó la vida a George Floyd. Esto fue tan escalofriante como su rodilla en el cuello de Floyd y lo que representa podría significar el mayor desafío para las reformas policiales que se avecinan.
La expresión del rostro de Chauvin es de aburrimiento y desinterés. Sus gafas de sol están colocadas en su cabeza y sus manos descansan en su bolsillo. No parece darse cuenta de Floyd en absoluto. El único destello de emoción en su rostro es su molestia por la multitud que se ha reunido para suplicar por la vida de Floyd.
Esa será una de las imágenes definitorias de nuestra era porque cuenta una historia sobre el racismo que mucha gente no quiere escuchar.
Cuando hablamos de racismo a menudo nos centramos en actos impresionantes de crueldad. La macabra foto del rostro de Emmett Till en un ataúd abierto. Las postales de linchamiento que algunos estadounidenses blancos solían enviarse entre sí. Los rostros molestos de los estudiantes blancos que rodeaban a una joven negra que intentaba integrarse a una escuela secundaria de Arkansas.
Pero la mirada de desinterés en el rostro de Chauvin es un recordatorio de que la indiferencia —no solo el odio— es una parte fundamental de cómo funciona el racismo.
El fallecido sobreviviente del Holocausto y premio Nobel de la Paz, Elie Wiesel, dijo una vez: “Lo opuesto al amor no es el odio, es la indiferencia”.
Wiesel dijo que para la persona indiferente “su vecino no tiene importancia… Su angustia oculta o incluso visible no es de interés. La indiferencia reduce al otro a una abstracción”.
Por qué la indiferencia puede ser más dañina que el odio
Hay un dolor peculiar en ser ignorado, en ni siquiera ser visto. La mayoría de la gente negra ha experimentado esto. Por eso, si hablas de racismo con algunos en momentos de descuido escucharás algo extraño.
A algunos les resulta más fácil lidiar con el odio acumulado de racistas en comparación con los blancos que ni siquiera los ven. Al menos los racistas reconocen que existen, los ven, incluso si su visión está nublada por el odio.
No ser visto es otra variante más insidiosa del racismo que puede resultar exasperante. Quizás por eso una de las mejores novelas sobre el racismo es de un autor negro que se titula “El hombre invisible”.
Y es por eso que no es casualidad que fuera la indiferencia de los blancos —no el odio— lo que pareció enfurecer más al reverendo Martin Luther King Jr.
King no escribió su épica “Carta desde la cárcel de Birmingham” en 1963 en respuesta a las odiosas acciones de los segregacionistas blancos. Lo dirigió a un grupo de moderados blancos que pensaba que eran indiferentes al sufrimiento de los negros que vivían en segregación y que estaban “más dedicados al orden que a la justicia”.
El racismo necesita indiferencia como una planta necesita agua y luz solar.
La indiferencia blanca es la razón por la que la esclavitud y Jim Crow duraron tanto.
La indiferencia de los blancos hacia la brutalidad policial es la razón por la que tantos hombres negros continúan muriendo como Floyd.
La indiferencia blanca es la razón por la que es más difícil votar para los negros y morenos, que para los blancos en algunos estados.
Es la indiferencia de los blancos lo que permite que tantos estudiantes negros y morenos vayan a escuelas públicas segregadas racialmente con menos recursos. Es la indiferencia de los blancos la que permite que tantas personas en la profesión médica crean que los negros no sienten dolor como los demás.
La indiferencia hace invisible el dolor de los negros, tal como lo hizo con Floyd.
Los actos violentos de racismo blanco acaparan titulares, pero las formas más generalizadas de racismo se arraigan cuando los jueces, policías, políticos y gente común blanca miran hacia otro lado para no ver lo que está sucediendo frente a sus caras.
Los fiscales utilizaron la indiferencia de Chauvin contra él
Es difícil dramatizar la indiferencia blanca. Las fotos de indiferencia no se vuelven virales.
Pero entonces llegó Chauvin. En su juicio los fiscales reconocieron que su indiferencia, no solo su crueldad, fue lo que provocó en gran parte la muerte de Floyd.
Se enfocaron rigurosamente en el lenguaje corporal de Chauvin durante su arresto de Floyd y la falta de preocupación en su rostro cuando inmovilizó a Floyd en el suelo. Le dijeron a los miembros del jurado que Chauvin mostró “indiferencia” a las súplicas de Floyd por ayuda. Dijeron que Chauvin y otros agentes en la escena hablaron sobre el olor de los pies de Floyd y despreocupadamente recogieron piedras de la llanta de un vehículo mientras Floyd moría frente a ellos.
Los fiscales construyeron un caso en el que obligaron al jurado a ver a Floyd como un ser humano y no como una abstracción.
“No hubo fuerza sobrehumana ese día. No hubo fuerza sobrehumana porque no existe tal cosa como un sobrehumano”, dijo el fiscal Steve Schleicher en sus alegatos finales. “…Solo un humano, solo un hombre tirado en el pavimento al que presionan, llorando desesperadamente. Un hombre adulto llorando por su madre”.
Sin embargo, hubo un momento en que la mirada de indiferencia de Chauvin se rompió.
Por qué esta indiferencia plantea un desafío para el futuro
A medida que los activistas aprovechan el impulso del veredicto en el caso Floyd para presionar por más reformas policiales, este muro de indiferencia puede ser su mayor desafío. Hay muchas propuestas complicadas para reformar a la policía: una prohibición federal de estrangulamientos y órdenes de registro sin aviso, desafiar la inmunidad de las autoridades frente a demandas civiles y detener la militarización de la policía local.
Sin embargo, gran parte del progreso en la reforma policial se reducirá a lo siguiente: ¿Verán suficientes legisladores y jueces a las personas negras y morenas que están siento brutalizadas por el sistema judicial como seres humanos o algunos seguirán viéndolos como matones, depredadores o superhumanos?
La historia sugiere que esto será un gran desafío porque la resistencia a la indiferencia blanca a menudo se subestima. Su fuerza está en su anonimato –no suele llamar la atención sobre sí mismo y a menudo sus perpetradores no son conscientes de que ven a ciertas personas como “el otro”–.
En su libro “Race in the Mind of America: Breaking the Vicious Circle Between Blacks and Whites”, el psicólogo Paul L. Wachtel escribió que lo que a menudo se llama racismo puede describirse con más precisión como indiferencia.
“Quizás ningún otro rasgo de las actitudes blancas… sea tan acumulativamente responsable del dolor y la privación experimentados por la minoría negra de nuestra nación en este punto de la historia como lo es la indiferencia”, escribió. “Y al mismo tiempo, tal vez ninguna característica sea tan incomprendida o pasada por alto”.
Quizás la Prueba 17 del juicio de Chauvin cambie eso.
Mucha gente no puede reunir la fuerza para ver el video de Floyd completo. Es demasiado doloroso, pero mucha gente vio esa imagen de Chauvin luciendo aburrido mientras la vida de un hombre negro se desvanecía debajo de él.
Mientras los activistas presionan por más cambios a raíz del veredicto, el rostro de Chauvin podría servir como un sobrio recordatorio.
La indiferencia —no el odio— puede ser el mayor obstáculo para la reforma policial.
https://cnnespanol.cnn.com/2021/04/24/analisis-mirada-ojos-derek-chauvin-indiferencia-trax/