Mi nombre es Beto Rodríguez Gallardo, soy familiar y sobreviviente de la familia Gallardo Moreno del Caso de montaje Rinconada de Maipú. Me he animado a decir estas palabras en función del proyecto de conmutación de penas, impulsado por el gobierno, para cambiar penas de reclusión de cárcel efectiva por el avance del Covid-19 o coronavirus. Y me he visto en la obligación, una vez más, en tener que recordar los sucesos que afectaron a mi familia, entre el 18 y 19 de noviembre de 1975, en la cual perdieron la vida, a manos de los criminales de lesa humanidad, en Villa Grimaldi, mi madre Catalina, mi abuelo Alberto, mi tía Mónica Pacheco, mi tío Roberto y mi padre Rolando. 

Es realmente lamentable constatar que cada cierto tiempo los esfuerzos por la impunidad es un pan de cada día para nosotros. No es posible que a raíz de un gesto humanitario, como es la liberación de las cárceles de prisioneros de baja peligrosidad, incorporar en este indulto a estos criminales que ejercieron el terrorismo de Estado, que cometieron crímenes atroces. Recordar por ejemplo que a mi madre Catalina le arrancaron sus ojos, a mi tía Mónica Pacheco la arrancaron el vientre a mi primo que venía en camino. A mi abuelo y a otros compañeros que estuvieron en esta noche, la más terrible en Villa Grimaldi según relato de testigos, los quemaron con aceite y agua hirviendo. 

Estos no son simples crímenes, los crímenes de lesa humanidad son los peores que se pueden cometer ya que, además de lo tremendo y violento de los crímenes, son pagados por dineros de todos nosotros, del Estado. Y eso, no nos podemos dar el lujo, como sociedad, de permitir esta verdadera aberración. Estamos cansados de que, de tanto en tanto, se intente la liberación de esos canallas que ya van cumpliendo penas irrisorias, penas vergonzosas, penas mínimas en relación al daño causado no solamente a nuestros familiares, sino que a toda la sociedad chilena en su conjunto con estupor he visto como en una carta que anda rondando que dice que ellos no son un peligro para esta sociedad, ¡que no son un peligro para esta sociedad! Cuando han sido los maestros para instruir el odio en nuestro país. 

No nos podemos dar el lujo, como sociedad, de liberar a estos canallas.Yo les pido a las autoridades políticas de nuestro país de que tomen en consideración estas palabras que no son solamente mías, son de todos quienes somos familiares que nos ha tocado la espera de más de 40 años por cada una de las causas vinculadas al asesinato de nuestros seres queridos y el tremendo dolor que para Chile entero significa esta verdadera atrocidad. 

¡No al indulto a criminales de lesa humanidad!

Por Editor

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