El ex primer ministro de Israel, Naftali Bennett, reveló durante una entrevista con el periodista Hanoch Daum publicada en su cuenta de YouTube, que el presidente de Rusia, Vladímir Putin, le prometió «no matar» al mandatario ucraniano, Vladímir Zelenski.
Tras el encuentro con Putin, Bennett le llamó al presidente ucraniano y le comentó que «acaba de salir de la reunión» y que el mandatario ruso no le «va a matar». Ante ello, Zelenski le habría preguntado si está «seguro», por lo que el ex primer ministro de Israel le contestó que «100 %». Dos horas más tarde, el presidente ucraniano se dirigió a su despacho donde se hizo una selfi, declarando que no tiene «miedo», indicó Bennett.
«seguir destrozando a Putin»
Asimismo, el ex primer ministro afirmó que Putin también accedió a no exigir el desarme de Ucrania, mientras, en ese momento, Zelenski aceptó renunciar a la idea de formar parte de la OTAN. «Todo lo que hice [en el esfuerzo de mediación del conflicto en Ucrania] fue coordinado con EE.UU., Alemania y Francia», agregó.
Bennett aseveró que tras el encuentro con Putin se dirigió a Alemania, donde se reunió con el canciller alemán Olaf Scholz, y también puso al corriente a Francia, el Reino Unido y EE.UU.
En cuanto a la mediación del conflicto, el entonces primer ministro británico Boris Johnson «abogó por medidas más radicales», mientras el presidente francés Emmanuel Macron y Scholz «estaban más pragmáticos», y el mandatario estadounidense, Joe Biden, «apoyó ambos enfoques», sostuvo. Sin embargo, después Occidente «tomó una decisión» de «seguir destrozando a Putin en vez de negociar», añadió Bennett.
Además, aseguró que la primavera pasada había 17 o 18 borradores del proyecto de acuerdo de paz.
Por su parte, la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajárova, calificó las declaraciones de Bennett de «otra confesión» de que fue Occidente el que «interrumpió las negociaciones» entre Moscú y Kiev.
Fuente: Cubadebate
Evitar una guerra larga
En un informe publicado la semana pasada titulado «Evitar una guerra larga. La política estadounidense y la trayectoria del conflicto Rusia-Ucrania», la corporación RAND, un grupo de expertos patrocinados por el Pentágono, advirtió que:
El alcance de la participación indirecta de los aliados de la OTAN en la guerra es impresionante. El apoyo incluye decenas de miles de millones de dólares en armas y otra ayuda proporcionada a Ucrania, inteligencia táctica, apoyo de vigilancia y reconocimiento al ejército ucraniano, miles de millones de dólares mensuales en apoyo presupuestario directo a Kiev y dolorosas sanciones económicas impuestas a Rusia.
El informe deja en claro que el logro de los objetivos declarados de Ucrania en la guerra, la recuperación de Crimea, aumentaría enormemente el riesgo de un conflicto nuclear entre Rusia y los EEUU:
Si Ucrania va más allá de la línea de control anterior a febrero de 2022 y logra retomar las áreas que Rusia ha ocupado desde 2014 (particularmente Crimea, donde tiene su base la flota rusa del Mar Negro), los riesgos de una escalada, ya sea el uso nuclear o un ataque a OTAN: se disparará.
El informe de Rand citado anteriormente no han aparecido en las primeras planas de los principales periódicos estadounidenses, ni han sido citados en las noticias de la noche. Mientras que los funcionarios de EEUU y la OTAN hablan abiertamente sobre un conflicto directo con Rusia y China, no se notifica al público sobre la escalada extraordinariamente peligrosa e imprudente de la guerra que se está produciendo.
Un resumen del informe de RAND señala que:
«La discusión sobre la guerra entre Rusia y Ucrania en Washington está cada vez más dominada por la cuestión de cómo podría terminar. Para informar esta discusión, esta Perspectiva identifica las formas en que la guerra podría evolucionar y cómo las trayectorias alternativas afectarían los intereses de los EE. UU. Los autores argumentan que, además de minimizar los riesgos de una gran escalada, los intereses estadounidenses se beneficiarían mejor si se evitara un conflicto prolongado.
Los costos y riesgos de una larga guerra en Ucrania son significativos y superan los posibles beneficios de tal trayectoria para Estados Unidos. Aunque Washington no puede determinar por sí mismo la duración de la guerra, puede tomar medidas que hagan más probable un final negociado del conflicto.
Basándose en la literatura sobre la terminación de la guerra, los autores identifican impedimentos claves para las conversaciones entre Rusia y Ucrania, como el optimismo mutuo sobre el futuro de la guerra y el pesimismo mutuo sobre las implicaciones de la paz.
La Perspectiva destaca cuatro instrumentos de política que Estados Unidos podría usar para mitigar estos impedimentos:
1 – Aclarar los planes para el futuro apoyo a Ucrania
2- Hacer compromisos con la seguridad de Ucrania
3 – Emitir garantías sobre la neutralidad del país
4 – Establecer condiciones para el alivio de las sanciones a Rusia».