Estamos viendo un proce­so de desestabilización y una escalada internacional de ataques y descalificacio­nes de todo tipo en contra del gobierno venezolano. Nos informamos que los acapara­mientos de bienes de primera necesidad y el mercado negro se expanden por todo su terri­torio. Sabemos que son rea­lizados por sectores sociales con privilegios de clase y por derechistas y provocadores pertenecientes a los partidos y organizaciones desplazadas del poder por la Revolución Bolivariana.

Los medios de comunicación mundial colocan filmaciones y fotos de otros conflictos en el mundo, haciéndolos apa­recer como hechos actuales en Venezuela. Como decía Joseph Göbbels, Ministro de Propaganda de Hitler, “Mien­te, miente que algo queda”.

Es exactamente lo mismo que hicieron con el Chile de Allen­de y lo decimos porque hemos leído los documentos descla­sificados. Documentos que, aunque fueron desclasificados a medias, son los suficiente­mente claros para desnudar el sabotaje, la provocación y el financiamiento a un sin núme­ro de antipatriotas, que se ven­den al mejor postor: partidos y movimientos de oposición, medios de comunicación, gre­mios y organizaciones de pro­fesionales que hacen huelgas y sabotajes en contra del go­bierno, aparatos paramilitares ultra-derechistas cada vez más activos, transportistas y un largo etc. Vociferando a cada rato, que se trata de la lucha por la “Democracia”. ¿Cuál?, La de ellos, obvio.

Recordamos las ordenes de Nixon de: “Hacer aullar a la economía chilena”, o estas palabras de Kissinger: “No podemos quedarnos pasivos ante la irresponsabilidad de un pueblo, que ha elegido a Salvador Allende presidentede Chile”. Estas y otras tantas frases, reflejan la interven­ción Yanquee en los asuntos internos de los países libres y el desprecio que tienen por la democracia, cuando no es controlada por ellos.

Es claro que les dolió mucho la nacionalización del cobre que hizo el Presidente Allende, no estuvieron nunca dispuestos a perdonar. Tampoco hoy están dispuestos a perdonar la utili­zación del petróleo que hace la Revolución Chavista.

veneuela

Hagamos memoria y recorde­mos cómo estaba Venezuela cuando el Chavismo llegó al poder: la injusticia social era brutal, más del 70% de la po­blación analfabeta; la pobre­za superaba el 60% y fue así por décadas; la corrupción y la desnutrición campeaban en todos los niveles de la so­ciedad venezolana; la des­igualdad era una de las más brutales de América Latina; la salud prácticamente no existía para los pobres. Todo esto en un país con tremendas rique­zas naturales, en este caso es el petróleo y como en nuestro caso en Chile, fue el cobre.

¿Que tenemos ahora en Vene­zuela después de los años de gobierno chavista? la pobreza bajó a menos de la mitad; es territorio libre de analfabetis­mo; tiene la distribución de la riqueza menos injusta de América Latina; ha erradica­do prácticamente la desnutri­ción y el gasto per cápita en salud aumentó de 135 a 508 Euros promedio, valores co­rrespondiente al año 2012. Todos estos datos, son del Banco Mundial, que nosotros sepamos, no son simpatizan­tes del chavismo.

No es complicado concluir que se ha radicalizado la lucha en Venezuela, la oposición al chavismo no ganó las elec­ciones y no pudo quitarle el ejecutivo a Maduro, tal como en las elecciones de marzo del 73 en Chile, donde no logró los 2 tercios del parlamento que le hubieran permitido a la derecha destituir a Allende, a partir de ese momento sólo le quedaba el golpismo.

Lo mismo pasa ahora en Ve­nezuela, están entrando en la desesperación, ya que sólo les está quedando el golpe porque no tienen los votos.

Es evidente que están prepa­rando las condiciones, que pa­san primero por desestabilizar el gobierno de Maduro y con­seguir un golpe de Estado. Ve­nezuela no se los ha permiti­do, tampoco se los permitirá.

Recordemos que el siste­ma económico imperante en Chile, es obra y resultado de la dictadura más feroz en la historia de Chile. Un régimen económico que es el paraíso del capitalismo extremo, es único en el mundo. Donde hablar de gratuidad en la edu­cación, es hablar de la “dicta­dura del proletariado”.

Sólo fue posible imponer a Chile este sistema capitalista tan cavernario, gracias a una dictadura como la que desgra­ciadamente, nos gobernó por 17 años.

Quien piense que de caer Maduro, no lo esperamos ni lo deseamos, no habrá repre­sión y volverá a Venezuela la “democracia representativa” existente antes del chavismo, es de una ingenuidad muy grande, está desconociendo la historia y es un irresponsable. Seguro que si hay golpe, se encontrará en los campos de concentración.

La historia nos enseña que la venganza de clase ya partió en la comuna de París en el siglo XVIII, donde los comuneros fueron asesinados en masa, por el susto que hicieron pa­sar a la burguesía y a la mo­narquía en decadencia en esa época. Sólo por el susto, nada más.

En América Latina en los años 60 y 70 del siglo pasado, derivaron en dictadura crimi­nales cada uno de los países donde los procesos progresis­tas fueron sacados del poder. Esto pasó en Brasil, Chile, Argentina, Uruguay, Bolivia, etc. Que nosotros sepamos, ningún golpe o barrida del gobierno de sectores progre­sistas, generó posteriormente en democracias avanzadas, muy por el contrario, mientras más avanzados los procesos del punto de vista de la con­ciencia de sus pueblos, más brutales y cavernarias fueron las dictaduras.

Esperamos de todo corazón que el pueblo con su lucha y consecuencia, no lo permita.

Fuera la intervención extran­jera y el sabotaje. ¡Venezuela tiene el derecho de vivir en paz!

Ricardo Ventura, analista

Por Editor

Deja una respuesta