Por Guillermo Burneo Seminario 

El Perú finaliza el año 2022 con el presidente Castillo defenestrado, protestas  violentas, muertos y heridos. Para dar una mirada rápida a este acontecer, hay que  remontarnos al proceso electoral del año 2021. En la justa electoral de la primera  vuelta Castillo ganó e inmediatamente el poder político y económico, la derecha  reaccionaria encabezada por Keiko Fujimori inician la contra campaña sucia, cínica, descarnada y de miedo contra el “comunista y senderista” Castillo. 

La segunda vuelta nuevamente la gana Castillo y es elegido presidente por más del  50% del voto democrático de los ciudadanos anti Keiko, quienes se identificaron con la  propuesta de gobierno nominada Plan Bicentenario, zumo y producto de la alianza  con Juntos por el Perú y Nuevo Perú. Su triunfo mereció el reconocimiento de los  veedores nacionales e internacionales, no así, el de la candidata perdedora, que  desconoció el resultado alegando fraude electoral e inició desde el Congreso una  campaña de deslegitimación y boicot al electo presidente, en coro con la manopla de  medios de comunicación y las fuerzas políticas que la apoyaron en la segunda vuelta.  Recordémoslo y tengámoslo muy presente. 

El amo y señor de Perú Libre y mentor de Castillo, Vladimir Cerrón, en la  juramentación del primer Consejo de Ministros cuestiona el nombramiento de Pedro  Francke como ministro de economía, militante de Nuevo Perú y aliado del gobierno  elegido. Francke en los pocos meses de gestión demostró con creces que sí era  posible asumir con responsabilidad y capacidad técnica la cartera de economía,  reactivando la producción nacional en plena pandemia y haciendo crecer el PBI. En  cambio, alardeando un dogmatismo radical, Cerrón mostró sus intereses de secta  política, falta de lectura y visión de país y, dejó en evidencia la fragilidad política del  reciente presidente elegido, dando inicio a la fisura y posterior fractura de la alianza  política al interior del gobierno de Castillo.  

Decenas de ministros sin credenciales políticas y profesionales han transitado por los ministerios en tan solo 16 meses de gobierno, convirtiendo cada ministerio en agencia  de trabajo de intereses particulares, indicativo de fragilidad política del gobierno. Entonces, era cuestión de tiempo que la oposición lo defenestrara por las buenas o  malas. No imaginaron ni esperaban que Castillo entregara la presidencia en bandeja  de plata mediante mensaje televisivo a la nación, informando al país que disolvía el  Congreso e intervenía el Ministerio Público, el Poder Judicial y el Tribunal  Constitucional.

Destituido y preso Castillo, Dina Boluarte asume la presidencia y en pocas horas  constatamos su derrotero: vestir el uniforme militar con el apoyo de la oposición que  acosó hasta el cansancio a Castillo. La Dina de la plancha presidencial del 2021 se  transformó en la Dina presidenta que no le tiembla la mano para mandar al ejército a  reprimir y masacrar al pueblo que la eligió como vicepresidenta de Castillo. Recuperado el gobierno por la derecha reaccionaria, esta inicia las acciones ejecutivas  que muestran lo que significa ejercer el PODER en defensa de sus intereses  económicos y político. Recordémoslo y tengámoslo muy presente.  

Breve y sucinta ayuda memoria me lleva a concluir que: 

1- Futuros procesos electorales no merecerán la confianza de millones de  peruanos, porque quienes se vanaglorian de ser demócratas, no escatimaron  esfuerzos en quebrantar la confianza en el acto electoral al desconocer el  resultado que la mayoría de ciudadanos determinó con su votó, cerrando así la  válvula de escape de las tensiones políticas y sociales. Esto conlleva a la  búsqueda de otras vías no democráticas, violentas y vandálicas. 

2- El maestro es un referente social, político y autoridad educativa en cada  pueblo y barrio popular. Vive y comparte la idiosincrasia y cultura, las  capacidades y limitaciones de la localidad. El maltrato político y personal a  Castillo, hiere y genera rabia en amplios sectores rurales y urbanos, en  particular, en el sur del país. Allí vemos el conglomerado social en las calles demandando con SANGRE EN LO OJOS respecto a la elección democrática de  Castillo.  

3- Acceder al botín del Estado es el propósito de pirañas y tiburones. Casos como  Lava Jato son recurrentes en todas las instancias gubernamentales, nacional,  regional, provincial y distrital. La corrupción financia candidatos y/o rodea y  envuelve al funcionario o autoridad con el fin de acceder a las partidas  presupuestales del erario, bienes y recursos nacionales. Castillo no escapó de  esta realidad, pero querer enrostrarle toda la podredumbre a su gestión, es  querer tapar el sol con un dedo. La corrupción ha penetrado en todos los  estamentos del Estado. Con 40,000 dólares tienes garantizado el ascenso a  general en la policía. Igual o más debe costar en las otras instituciones  encargadas de velar por la seguridad y legalidad del país.  

Mención particular merece el Congreso. Aquí se cocinan las prebendas a las  empresas y grandes capitales, mediante legislación acorde a sus intereses. Hoy estamos a puertas de renovar concesiones mineras y petroleras y no  faltan los congresistas que aboguen por ellas. Recordemos y tengamos muy  presente lo acontecido en el periodo del fujimontesinismo.

4- La demanda democrática y popular por nuevas elecciones y una nueva  Constitución va en aumento. Es el camino que debemos transitar si no  queremos vivir nuevos episodios violentos. En su amplia acepción y contenido  DEMOCRACIA es: Gobierno del Pueblo. Pero acceder al gobierno no es lo  mismo que tener el PODER de gobernar. 

Castillo accedió al gobierno, no así al poder. Baluarte asume el gobierno y  todas las demás instituciones del Estado se alinean con su gobierno  otorgándole el PODER para gobernar. Así tenemos al Congreso que pocos días  atrás pedía la cabeza de la vicepresidenta Boluarte, ahora le da el apoyo y  soporte político y legal a su gestión como presidenta Boluarte, lo que constata  que la alineación del poder fáctico en lo político, económico y jurídico ha  recuperado el gobierno para sus fines e intereses. 

5- La Constitución es el pacto social y político que rige los destinos del país. La  vigente desde el año 1993 ha redituado con creces para el gran capital y  empresas monopólicas. Si demandamos una nueva Constitución, esta tiene  que tener el consenso popular mediante el análisis y debate de los capítulos y  temas fundamentales. No hay que esperar que se convoque, sino que desde  ahora en asamblea y reunión de cada localidad tiene que estar en agenda un  capitulo o tema relevante que queremos estipular en la nueva Constitución,  enraizando y educando en la importancia de la Constitución en el destino del  país. El momento constituyente es ahora y no mañana.  

6- El Perú no escapa del tablero de lucha por la hegemonía global. Los recursos  naturales, minerales y ahora el agua, son apetecidos por los grandes capitales.  Los EEUU nos considera su patio trasero. Durante décadas ha implantado y  desarrollado una red de penetración y control político. Ahí tenemos a la  Escuela de las Américas donde son reciclados miles de militares peruanos y  desde tres décadas atrás la Internacional Law Enforcemet Academies- ILEAs,  escuelita para todo personal que administre justicia: jueces, fiscales,  procuradores y otros. Ésta en su existir ha contribuido a defenestrar  presidentes en Latinoamérica mediante la maraña jurídica. Oficiales militares  y policiales medran de la llamada guerra contra las drogas, política intervencionista de los EEUU que en cinco décadas no ha logrado disminuir el  consumo de cocaína pero si subordinar al Perú a sus interese geoestratégicos  

7- No debemos obviar ni menos escamotear, la responsabilidad del liderazgo  político de la izquierda. Mariátegui sentó las bases doctrinarias de lo que debía  ser la plataforma política y orgánica de la utopía colectiva, esto hace un siglo.  Desde esa fecha, año tras año lo invocamos dogmáticamente para justificar la 

división de la izquierda, generando decenas de cofradías políticas, obstáculo y factor de dispersión de las lucha del pueblo. Sin unidad política programática y  orgánica, las luchas heroicas del pueblo no culminaran en buen fin. Si  queremos trasformar la realidad de injusticia y desigualdad, urge la UNIDAD.  Esta es nuestra responsabilidad histórica, lo otro, el persistir en cofradías  políticas, es irresponsable y acto de traición a las luchas del pueblo por la  utopía colectiva.  

Nueva Constitución y elecciones son sinónimo de confrontación con quienes  ejercen el PODER. Hay que tener muy presente que esta lucha es descarnada  cuando la derecha reaccionaria defiende sus intereses. La UNIDAD de la  izquierda es requisito para que la Nueva Constitución y elección presidencial no sean un fracaso más, esto es, bajo un programa político de transformación y  estrategia adecuada a las circunstancias. Tengamos muy presente que lo  principal y fundamental es la lucha por el PODER para gobernar.

Por Editor

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