El diario estadounidense New York Times publicó el lunes 17 de agosto, un editorial en contra de la destitución de la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff [Partido de los Trabajadores – PT]. Además, la página editorial se expresa contra el golpe de Estado que viene siendo gestado por los movimientos y políticos conservadores, en unión a los partidos de la oposición, como el Partido Social Demócrata Brasileño (PSDB), del candidato a la presidencia, el senador Aécio Neves, derrotado en las elecciones del año pasado.
El diario estadounidense New York Times publicó el lunes 17 de agosto, un editorial en contra de la destitución de la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff [Partido de los Trabajadores – PT]. Además, la página editorial se expresa contra el golpe de Estado que viene siendo gestado por los movimientos y políticos conservadores, en unión a los partidos de la oposición, como el Partido Social Demócrata Brasileño (PSDB), del candidato a la presidencia, el senador Aécio Neves, derrotado en las elecciones del año pasado.
El editorial repite los argumentos de los movimientos progresistas y populares en Brasil que un golpe de Estado podría causar un perjuicio grave a la democracia en el país, llevándolo a un período de inestabilidad indefinidamente. El texto muestra admirado por el respeto que la mayoría de los pensadores conservadores brasileños tienen al periódico más grande de Estados Unidos, así como a los principales medios de comunicación, nacionales e internacionales.
«Ella [Dilma Rousseff] no ha hecho – lo que es admirable – ningún intento de restringir o influir en las investigaciones. Al contrario, ha enfatizado consistentemente que nadie está por encima de la ley, yapoyó de la renovación de la gestión de la actual Fiscal General de la República. a cargo de la investigación de Petrobras, Rodrigo Janot», dice el editorial del New York Times.
La publicación señala que, hasta la fecha, las investigaciones no encontraron ninguna prueba de acciones ilegales por parte de la presidenta. «Y si bien ella es, sin duda, responsable de las políticas y los errores que producen los problemas económicos, no hay nada que justifique el impedimento. Derrocar a Dilma sin pruebas concretas de corrupción podría causar daños graves a la democracia, que viene ganando fuerza en los últimos 30 años, sin contrapartida. Y no hay nada que sugiera que alguno de los líderes políticos que quieren tomar su lugar, lo haría lo mejor que ella, en términos de política económica». La última frase del editorial señala lo que sería la falta de competencia y de autoridad moral en la oposición para exigir la dimisión de la presidenta y liderar un movimiento en contra de la corrupción.
Fuente: http://site.adital.com.br