Comunicado a la ciudadanía de todo el país
A los medios de comunicación y prensa alternativos, comunitarios
A los medios de comunicación nacionales e internacionales
Diversas expresiones religiosas y espiritualidades, colectivos de víctimas de la violencia estructural y organizaciones de la sociedad civil, nos dirigimos como mujeres y hombres de fe a la sociedad mexicana con profundo dolor, preocupación e indignación por la creciente y hasta ahora incontenible ola de violencia que padecemos en prácticamente todos los municipios de nuestro amado país, con gran desconsuelo por los desplazamientos forzados y las miles de vidas inocentes que han sido brutalmente arrancadas, llenando de luto a miles de familias.
La delincuencia y el crimen se han extendido a lo largo y ancho de la nación perturbando la vida cotidiana de toda la sociedad, afectando todas las actividades en las ciudades y en el campo, ejerciendo presión con robos, extorsiones, secuestros y otros delitos hacia quienes trabajan honestamente en los mercados, las escuelas, las pequeñas, medianas y grandes empresas; se han apropiado de las calles, colonias, comunidades y pueblos enteros, así como de caminos, carreteras y autopistas, lo más grave y preocupante es la escalada en los niveles de crueldad como son la tortura, la violación, desapariciones, ejecuciones y masacres, cuya numeralia es una insondable oquedad y que hacen de nuestro país uno de los más inseguros y violentos del mundo.
El reciente asesinato de dos sacerdotes Jesuitas y un guía de turistas dentro del templo católico de Cerocahui, en la región de la Tarahumara en Chihuahua, así como la desaparición de otras tres personas adultas y un menor en los mismo hechos, son muestra de la falta de valores, sensibilidad y pérdida del respeto por la vida, pero también evidencia la apropiación del territorio que ha logrado la delincuencia, confiando en los niveles de impunidad.
Cifras oficiales hablan de más de 123,000 asesinatos dolosos (sin contar la cifra negra) durante los últimos tres años y medio, al respecto el Papa Francisco con profundo dolor durante la Audiencia General el 22 de junio ha exclamado: ¡Cuántos asesinatos en México!.
Es preciso reconocer que las diversas espiritualidades, asociaciones religiosas e incluso la sociedad civil, no hemos hecho lo necesario para frenar el crecimiento exponencial de la violencia en sus muy variadas manifestaciones, dejamos que las autoridades por sí solas se encargaran de una problemática que sin lugar a dudas nos atañe a todas y todos; a estas alturas vemos que los tentáculos de la delincuencia y el crimen tienen carcomido al Estado Mexicano en los tres poderes y sus tres niveles.
Como personas de fe en la divinidad de la vida, manifestamos en primer lugar nuestro acompañamiento y solidaridad con todas las víctimas, sus familiares y amigos, más allá de nuestras diferencias religiosas, políticas, sociales o de cualquier otra índole, entendiendo que a todas y todos nos hermana el dolor, pero también la esperanza, por ello nos adherimos a las millones de voces de buena voluntad que exigen que se ponga un alto a esta situación. ¡Ya basta! No podemos ser indiferentes ni ajenos a lo que nos está afectando a todos.
Por ello ante la indiscutible gravedad de los funestos acontecimientos que nos mantienen como rehenes de la delincuencia, hacemos un decidido y firme llamado a los tres poderes de la unión y a los tres niveles de autoridad, a que dejen la demagogia que tanto ha lastimado, dividido y polarizado a nuestro país, para que urgentemente revisen la fracasada estrategia de seguridad, pero que también respeten y escuchen a la ciudadanía, a las voces de miles de familiares de víctimas, de extorsión, secuestro, desaparición, asesinato y masacres, así como a los cuerpos de seguridad tan maltratados y humillados por el crimen.
No se puede perder más tiempo descalificando, insultando y menospreciando a quienes desde su actividad periodística, académica, de defensa o acompañamiento de las víctimas señalan las causas de la violencia estructural, a los perpetradores y cómplices; la tarea de reconstrucción del tejido social es de todas y todos, porque así lo reclama la realidad que nos tiene llenos de dolor, miedo e indignación.
Pero el llamado no es solo a las autoridades, también es a la ciudadanía toda, es hora de hermanarnos en el dolor por la tragedia humanitaria que nos azota con brutal violencia, pero también a hermanarnos en la oración, el ayuno, la peregrinación y la exigencia a las autoridades para que de una vez por todas hagan el trabajo para el que les hemos contratado, que les hagamos sentir que no se mandan solos, que no se deben a su insaciable apetito de poder, que dejen de lucrar política y económicamente con el sufrimiento de todo un país. Es hora que apliquen la ley con justicia para erradicar la impunidad, respetando plenamente los derechos humanos, procurando la seguridad de la ciudadanía y con ello abonar decidida y firmemente a la construcción de la tan anhelada paz social.
En un primer paso de la ruta que nos hemos trazado para poner nuestro modesto aporte para avanzar en la edificación de una sociedad basada en el respeto a la vida y a la dignidad humana, invitamos a todas aquellas Iglesias y/o Asociaciones Religiosas y Colectivos de apoyo/acompañamiento a víctimas, así como personas de buena voluntad, a confluir en esta naciente coordinación que ya tiene presencia en 7 estados de la república, coordinación de reflexión, análisis, pero también acciones para visibilizar la barbarie que estamos padeciendo como sociedad y que requiere un freno impostergable.
Como un segundo paso les convidamos a participar en la
#PeregrinaciónxLaVidaxLaPazyVsLaViolencia
a realizarse en torno al del primer aniversario del martirio de Simón Pedro, en Chiapas, con diferentes sedes y actividades, donde destacamos la que se realizará el 5 de julio del presente año en el Parque Miguel Alemán, de Comitán, Chiapas a partir de las 7:30AM; con ello sembraremos la primera semilla de articulación, oración, ayuno y peregrinación nacional de quienes nos pronunciamos por iniciar de manera inmediata un Dialogo Nacional en donde sean escuchada todas las voces.
Recordamos al profeta bíblico donde señala que la Paz es fruto de la Justicia (Isaías 32:17), por lo que somos llamados a caminar por el sendero de la justicia.
Firman:
El Pueblo Creyente de la zona sureste
Iglesias por la Paz con Justicia y Dignidad
Uniendo Esperanzas, colectivo de familiares en búsqueda de personas desaparecidas
Observatorio Eclesial
Pastoral Social de la Iglesia Anglicana de México
Centro de Estudios Ecuménicos
Servicio Internacional Cristiano en Solidaridad con América Latina (Sicsal)
Mujeres para el Diálogo
“Peregrinación por la vida, la paz y contra la violencia”
Ciudad de México. Diversas expresiones religiosas Iglesias por la Paz con Justicia y Dignidad, el Centro de Estudios Ecuménicos, así como colectivos de buscadores de desaparecidos y organizaciones de la sociedad civil convocaron a una “Peregrinación por la vida, la paz y contra la violencia” en la Ciudad de México que se llevará a cabo este martes (5 de julio) de la Estela de Luz a la Glorieta de los Desaparecidos para exigir a los tres poderes de la Unión que revisen la “fallida” estrategia de seguridad y garanticen la paz en México.
Arturo Carrasco, representante de Iglesias por la Paz externó su “preocupación e indignación” por la creciente y hasta ahora incontenible ola de violencia que padecen prácticamente todos los municipios del país, “con gran desconsuelo por los desplazamientos forzados y las miles de vidas inocentes que han sido brutalmente arrancadas, llenando de luto a miles de familias”.
En conferencia, señaló que la delincuencia y el crimen organizado se han extendido a lo largo y ancho de México “perturbando la vida cotidiana de toda la sociedad, afectando todas las actividades en las ciudades y en el campo, ejerciendo presión con robos, extorsiones, secuestros y otros delitos hacia quienes trabajan honestamente en los mercados, las escuelas, las pequeñas, medianas y grandes empresas”.
Pero no sólo eso, dijo que los delincuentes “se han apropiado de las calles, colonias, comunidades y pueblos enteros, así como de caminos, carreteras y autopistas, lo más grave y preocupante es la escalada en los niveles de crueldad como son la tortura, la violación, desapariciones, ejecuciones y masacres, cuya numeralia es una insondable oquedad y que hacen de nuestro país uno de los más inseguros y violentos del mundo”.
Hizo un llamado a los tres poderes de la unión y a los tres niveles de autoridad, “a que dejen la demagogia que tanto ha lastimado, dividido y polarizado a nuestro país, para que urgentemente revisen la fracasada estrategia de seguridad, pero que también respeten y escuchen a la ciudadanía, a las voces de miles de familiares de víctimas, de extorsión, secuestro, desaparición, asesinato y masacres, así como a los cuerpos de seguridad tan maltratados y humillados por el crimen”.
Ciudad de México, a 4 de julio del 2022