A pedido de mi compañero y amigo Bernardo Rojas de la CUT AUTÉNTICA de Paraguay tengo el honor de compartir a la distancia el homenaje a la CUT- Chile en su 35 aniversario.
En el marco de los 50 años de la heroica muerte del presidente Allende y la instalación de la dictadura genocida de Pinochet.
Lo estoy haciendo desde el sitio histórico donde estuve preso. La Dirección Nacional de Asuntos Técnicos, donde el imperialismo norteamericano instaló su primera sede de tortura y muerte, en 1956, con el asesoramiento del Coronel Robert K. Thierry. Hoy es el Museo de las Memorias: Dictadura y Derechos Humanos de Asunción.
Les hablo con mucha emoción, recordando mi comienzo gremial contra la dictadura Alfredo Stroessner desde el Sindicato de Maestros de Paraguay y como abogado del Sindicato de los Electricistas. Trayectoria interrumpida en 1974 por mi secuestro y prisión, el fin de la experiencia educativa liberadora en el colegio que dirigí en San Lorenzo. Un asalto, una apropiación que servía a la comunidad. Allí establecieron un clima de terror en el que falleció mi esposa la educadora Celestina Pérez.
Conocí a Bernardo Rojas en la prisión y a otros compañeros paraguayos admirables. Ellos no claudicaron nunca. La dictadura stronista estableció sus sindicatos aliados como una fachada de perversa democracia. Ellos, los resistentes, pese a todo, organizaron sus sindicatos en el exilio y continuaban creando conciencia mediante publicaciones diversas. Salieron a las calles con el Movimiento Intersindical de Trabajadores para derrocar a la dictadura de Alfredo Stroessner.
Caído Stroessner en 1989, y en medio de muchos condicionamientos, los gremios se organizaron como Central Unitaria de Trabajadores Auténtica. También, la Central Nacional de Trabajadores. La escena sindical muestra varios frentes e incluye al campesinado organizado.
Un abanico complejo que sigue hoy el combate por sus derechos esenciales ante los peligros acentuados por los lineamientos oficiales del gobierno recién asumido en Paraguay.
Fundamento mi mensaje. Primero, en mi origen sindical. Segundo, por haber encontrado las primeras pruebas del Plan Cóndor. Diciembre de 1992, en una dependencia policial, cerca de Asunción. Esto fue el resultado de dos décadas de buscar la Verdad y la Justicia. Efectivamente, en medio de tres toneladas, estaban las invitaciones a la reunión, de noviembre de 1975, enviadas por el jefe de la DINA, Manuel Contreras, a su par paraguayo, por entonces Jefe de Investigaciones, Pastor Coronel. Integrando un valioso paquete, estaban el programa de la reunión, otros esquemas y hasta una planilla para codificar mensajes. Hoy, se los puede observar en el Museo de la Justicia en Asunción. La UNESCO incorporó esta colección al Programa Memoria del Mundo.
Un aspecto destacado, la ficha policial del dirigente del MIR chileno, Jorge Isaac Fuentes Alarcón, que fue capturado en mayo de 1975 en Paraguay y entregado a la DINA pocos meses después. Para finalmente desaparecer luego de su calvario en Villa Grimaldi. El crimen cometido en forma conjunta queda registrado también en una sugestiva nota de agradecimiento del Jefe de la DINA, Manuel Contreras, al Jefe de Investigaciones, el temible represor paraguayo, Pastor Coronel.
Destaca la gratitud por facilitar las gestiones de los enviados de la DINA para entregar al dirigente del MIR. Era ya, la colaboración entre las dictaduras. Otros papeles revelan la persecución a chilenos y también de paraguayos que eran estudiantes en Chile… Necesariamente, debo contarles a ustedes que un camino largo me une a Chile, un curso de posgrado en ciencias sociales y políticas allá por los 60 en la Universidad de Arica.
El hallazgo de los Archivos iniciales logré hacerlo en el marco de un juicio muy demorado y recurrí al Habeas Data con la intervención de un Juez muy valiente, José Agustín Fernández. Así desde Paraguay aportamos al mundo las pruebas de una red de la muerte y destrucción de las democracias en América Latina, alentados por el imperialismo norteamericano.
Luego del hallazgo de los archivos vine varias veces para aportar copias de documentos y pedir justicia y apoyar sobre todo todas las iniciativas de los defensores de Derechos Humanos.
Recuerdo mi último viaje en enero 2017 y tengo en mis emociones haber compartido con mi compañera María Stella Cáceres los actos, hace veinte años atrás, y haber asistido a la velatón del Estadio Nacional… En fin, muchos recuerdos.
Queridos compañeros, compañeros de ideales y resistencias, la primera edición y presentación de mi libro ”El Cóndor sigue volando” por la nueva Quimantú, el 3 de septiembre del 2017, en el teatro La Fisura de La Legua.
Pero hoy, en estos 35 años de la CUT Chile, los felicito por el camino que van transitando y los exhorto a seguir unidos frente al negro panorama que se presenta a nivel mundial y en especial para nuestro sur. Hay que seguir, la única receta válida: “sólo el pueblo salva al pueblo”.
Hay que hacer esfuerzos de unidad continental. Hay que tener la grandeza de ver que se avecinan cambios estructurales en el mundo. Por cierto, uno que ya comenzó se registra en las condiciones de trabajo. Creo que podremos afrontarlos sólo con la unidad consolidada con el conocimiento de la historia, de nuestra bases culturales, de nuestros pueblos, nuestras minorías, de nuestras realidades, de nuestros derechos, resultan imprescindibles. Ustedes estuvieron en la historia grande de Chile y del mundo y seguirán estando para defender los derechos y aportar a sociedades más justas.
Finalmente, en estos 50 años de la caída del gobierno socialista. Una manera de honrar al presidente Salvador Allende y a todas las víctimas caídas, a los sobrevivientes, a familiares y comunidades, es seguir buscando Justicia, donde sea posible como fue en Roma, en Argentina, dónde se ha buscado a las personas desaparecidas, cuidar y proteger los sitios de conciencia y educar, educar, educar en los valores que inspiran los derechos humanos. Si caímos, volver a levantarnos. Aprender la lección que toda América escuchó de Salvador Allende es mantener joven el corazón y la esperanza que hay reforzar cada día para que, verdaderamente, podamos vivir en una Patria Grande digna de los sueños de nuestros libertadores, del Canto General de Neruda, y las grandes avenidas de Salvador Allende que se abrirán de nuevo para un pueblo que obstinadamente se opondrá al olvido y encontrará las formas de construir una sociedad éticamente solidaria.
Muchas gracias
Martin Almada, Premio Nobel Alternativo