Golpe de posgrado de SOA / WHINSEC en Bolivia:

Régimen respaldado por Estados Unidos masacra a manifestantes

“Este golpe es contra el gobierno indígena, originario, acompañado de las organizaciones campesinas y los movimientos sociales. Es un escarmiento para que no se nos vuelva a ocurrir que es posible vivir fuera del capitalismo, que el vivir bien pueda ser una posibilidad, que no se nos vuelva a ocurrir la autodeterminación, que podamos autogobernarnos, auto organizarnos”. Adriana Guzmán, feminista de la comunidad indígena aymara de Bolivia. Lea su entrevista completa aquí.

El 10 de noviembre de 2019, el graduado de la Escuela de las Américas o Instituto del Hemisferio Occidental para la Cooperación en Seguridad (SOA / WHINSEC) comandante de las Fuerzas Armadas de Bolivia, el general Williams Kaliman, ‘sugirió’ al presidente boliviano, Evo Morales, que renunciara. La declaración del general Kaliman se produjo después de las protestas postelectorales impulsadas por una falsa narrativa de fraude electoral promovida por la Organización de Estados Americanos (OEA) dominada por Estados Unidos, un motín policial y una cruel campaña de violencia por parte de la extrema derecha contra miembros del partido político del presidente Morales, el Movimiento por el Socialismo (MAS).

Esto incluyó ataques públicos violentos contra funcionarios del MAS, la quema de sus hogares y el secuestro de sus familiares. Como resultado, Morales y los tres funcionarios electos constitucionalmente en línea directa para reemplazarlo – Vicepresidente, jefe del Senado, jefe de la Cámara de Diputados – todos renunciaron, citando un golpe de Estado. El gobierno mexicano envió un avión para rescatar a Morales y le otorgó asilo político a él y a otros líderes del MAS, lo que Morales atribuye haberle salvado la vida.

Estados Unidos reconoció de inmediato a Jeanine Áñez, una senadora de derecha, como Presidenta de Bolivia cuando se declaró como tal en una sesión legislativa sin quórum donde sólo estaban presentes legisladores de la oposición minoritaria. De hecho, la Asamblea Legislativa boliviana, en la cual MAS posee una mayoría, ni siquiera aceptó la renuncia de Morales, como se requiere para que se haga oficial. El intento de Estados Unidos de normalizar el gobierno golpista ha sido paralelo a los medios corporativos, que blanquearon los acontecimientos en Bolivia y crearon una narrativa que legitima a Áñez como presidente.

Mientras los pueblos indígenas y otros en todo Bolivia protestan por el golpe, el régimen de facto respaldado por Estados Unidos los ha masacrado brutalmente, con más de 30 personas asesinadas desde el golpe. Áñez emitió un decreto que garantiza la impunidad del enjuiciamiento penal a las fuerzas militares y policiales que matan y disparan a los manifestantes, otorgando a los militares y la policía la licencia para matar. El 15 de noviembre de 2019, una operación militar-policial conjunta abrió fuego contra manifestantes indígenas en Sacaba, matando al menos a 9 personas e hiriendo gravemente a muchos, muchos más. El 19 de noviembre de 2019, el régimen volvió a masacrar a los manifestantes, matando al menos a 8 personas en Senkata.

Al menos 6 graduados de SOA / WHINSEC jugaron un papel en el golpe de Estado en Bolivia. Partiendo por el graduado de SOA / WHINSEC, el general Kaliman, quien recibió entrenamiento, el 2003 y 2004, tomando el curso de “Comando y Estado Mayor” en Fort Benning, Estados Unidos.

El entrenamiento en SOA / WHINSEC de futuros jefes militares es precisamente para establecer una relación de Estados Unidos con oficiales militares de alto rango para alcanzar los objetivos de Estados Unidos, como dijo el Comandante de WHINSEC, recientemente, “las relaciones que construyeron aquí” y “les ayuda a hacer las cosas”.

La ‘relación’ de Estados Unidos con Kaliman no se limitó a WHINSEC, sino que Kaliman también sirvió en Washington DC como agregado militar para la Embajada de Bolivia, según informó en esta extensa investigación Jeb Sprague sobre las conexiones estadounidenses con el golpe boliviano. Además, Sprague encontró que:

‘Dentro de la policía boliviana, los principales comandantes que ayudaron a hacer el golpe han pasado por el programa de intercambio policial APALA. Trabajando desde Washington DC, APALA funciona para construir relaciones entre las autoridades estadounidenses y los oficiales de policía de los estados latinoamericanos. El ex agente de la CIA, Philip Agee, se convirtió en el primer informante de la agencia, explicó en su libro de 1975 cómo la inteligencia estadounidense, tradicionalmente, confiaba en el reclutamiento de oficiales de policía y militares extranjeros, incluidos los agregados de las embajadas, como activos esenciales en las operaciones de cambio de régimen y de contrainsurgencia’.

Sprague también informa sobre grabaciones de audio filtradas publicadas en la prensa boliviana que revelan que ‘se produjo una coordinación encubierta entre la actual y la ex policía boliviana, militares, y líderes de la oposición en la realización del golpe de Estado. Los conspiradores del golpe de Estado conversan sobre los planes para quemar edificios de gobierno, conseguir sindicatos pro-empresariales en el país para llevar a cabo huelgas, así como otras tácticas, todas sacadas del libro de jugadas de la CIA’.

Al menos 5 de ellos son graduados de SOA/ WHINSEC. Esto incluye al graduado de SOA Manfred Reyes Villa; al ‘Distinguido Graduado’ de SOA, General Remberto Siles Vásquez; al graduado de SOA, en 1998, Coronel Julio César Maldonado Leoni quien también fue instructor en WHINSEC de 2001 a 2003; al dos veces graduado de SOA, Coronel Oscar Pacello Aguirre; y al graduado de SOA, Coronel Teobaldo Cardozo Guevara. Los audios también muestran que ellos entendieron que tenían el apoyo de los senadores estadounidenses, incluyendo a Marco Rubio.

Estados Unidos y la derecha de Bolivia siempre quisieron derrocar a Morales y al MAS para que los recursos de Bolivia, incluido el litio, puedan ser nuevamente saqueados por corporaciones multinacionales. El MAS ha transformado a Bolivia desde que Morales se convirtió en el primer Presidente indígena del país en 2006, elegido con un impresionante apoyo del movimiento popular y social.

Morales y MAS crearon una nueva Constitución, convirtieron a Bolivia en un Estado plurinacional y redujeron drásticamente la pobreza y la desigualdad, creando una clase media indígena por primera vez. Nacionalizaron o aumentaron los ingresos estatales de recursos que anteriormente beneficiaban principalmente a las empresas transnacionales, utilizando esto para mejorar significativamente la vida de la gran mayoría de los bolivianos. Los gobiernos del MAS abrieron hospitales y ampliaron el acceso a la atención médica y la educación, redujeron drásticamente el analfabetismo y aumentaron el salario mínimo. Al implementar políticas económicas que beneficiaron a la mayoría del pueblo boliviano, Morales desafió al imperialismo estadounidense y sus instituciones de control neoliberal, como el FMI y el Banco Mundial, así como a la élite derechista de Bolivia.

En el proceso de llevar a cabo y tratar de justificar el golpe, varias narrativas han sido impulsadas y ampliamente difundidas. Una narrativa es la del fraude electoral, alegado por la derecha incluso antes de las elecciones y luego promovido por la Organización de Estados Americanos (OEA) dominada por Estados Unidos, lo que refuerza semanas de protestas postelectorales contra el supuesto fraude -optado por la extrema derecha. El Centro de Investigación Económica y Política (CEPR) ha realizado un análisis exhaustivo de las llamadas irregularidades que la OEA utilizó para cuestionar los resultados de las elecciones y no encontró evidencia de fraude; Además, han concluido que la OEA tergiversó la realidad.

Las autoridades electorales bolivianas informaron que Morales había recibido un poco más del 10% de ventaja requerida para evitar una segunda vuelta electoral; independientemente, Morales incluso acordó convocar nuevas elecciones después del informe de la OEA.

Además, se ha dicho mucho sobre el hecho de que Morales se postulaba para un cuarto mandato basado en un fallo del Tribunal Constitucional a pesar de perder un referéndum sobre el tema y otras críticas a Morales. Se ha escrito ampliamente acerca de que estos factores resultaron en descontento y una reducción del apoyo en comparación con las victorias de reelección anteriores de Morales (por contexto, un margen de victoria de poco más del 10% en comparación con su margen de victoria del 37% anterior). Por supuesto, hay críticas a Morales, como las hay con cualquier presidente, y de hecho algunos movimientos sociales han criticado a Morales por no romper lo suficiente con la economía extractivista global. Sin embargo, cuántos términos puede tener un presidente y otros temas son debates para que el pueblo boliviano tenga y resuelva, NUNCA justifique la interferencia de Estados Unidos para ayudar a la extrema derecha a tomar el poder mediante un golpe de Estado. El pueblo boliviano y los movimientos sociales son plenamente capaces de avanzar en el proceso de construcción del futuro que desean; afirmar lo contrario para justificar un golpe y la imposición de un régimen no electo respaldado por Estados Unidos es racista e imperialista.

Al final del día, el golpe de estado racista respaldado por Estados Unidos en Bolivia no sólo está en contra de Morales sino también en contra del proceso de autodeterminación del pueblo boliviano y su derecho a determinar sus propias políticas económicas y políticas. Es este proceso el que originalmente llevó a Morales y al MAS al poder.

Ahora, los pueblos indígenas y los movimientos sociales de Bolivia son el blanco de la violencia, siendo literalmente masacrados en las calles por la policía y el ejército, y los funcionarios del régimen han amenazado con detener a los senadores del MAS y arrestar a periodistas. La bandera de Wiphala, que representa a los pueblos indígenas de los Andes, se ha quemado. Cualquier posibilidad de discusión democrática sobre el futuro que desean y la mejor manera de construirlo ha sido reemplazada por la violencia y el racismo, con una autoproclamada presidenta racista, de extrema derecha, que literalmente ha dicho que ‘quiere liberar a Bolivia de los rituales indígenas satánicos’.

Como SOA Watch, condenamos por completo el golpe de Estado respaldado por Estados Unidos en Bolivia y nos solidarizamos con el pueblo boliviano que una vez más está luchando contra el imperialismo estadounidense y una dictadura de extrema derecha, que busca devolver los recursos naturales significativos de su país a las corporaciones multinacionales y a la élite para el saqueo, y así hundir a la mayoría en la pobreza mediante la imposición de políticas económicas neoliberales, implementar el control fascista y racista, y desplegar a los militares y la policía para asesinar impunemente.

Enlaces:

https://www.pagina12.com.ar/230580-el-golpe-de-estado-en-bolivia-es-racista-patriarcal-eclesias

https://thegrayzone.com/2019/11/15/golpe-bolivia-eeuu-escuela-de-las-americas-fbi/

Más información en: www.soaw.org

Por Editor

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