Dirigido al pueblo colombiano y a pueblos solidarios del mundo, a organizaciones populares y sociales, a iglesias, congregaciones de creyentes, movimientos de espiritualidades y al gobierno colombiano.
- LA REALIDAD QUE VEMOS
PRIMERO. Falta de voluntad estatal para cumplir el Acuerdo de Paz firmado por el Estado colombiano y las FARC – EP el 16 de septiembre de 2016 en La Habana, Cuba, anhelo y esperanza de la población colombiana: elimina sus propuestas significativas, no aplica el “Punto 1: RRI – Reforma Rural Integral” en beneficio de todo el campesinado, impone fórmulas tóxicas, criminales e imperiales en la erradicación de los cultivos ilícitos, incumple con las víctimas la garantía de su derecho a la verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición, no ofrece garantías a la reincorporación en condiciones humanas y dignas, desoye las voces que claman por una sociedad democrática, libre y participativa. Además, incumple con las personas reincorporadas de las FARC y con los PDET – Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial- , hace oposición abierta o solapada a la CEV -Comisión de la Verdad- y a la JEP -Justicia Especial para la Paz-, El Ministro de Defensa propone al Congreso reformas al Acuerdo de Paz. En lo corrido del año han sido asesinadas 101 defensores y defensoras de derechos humanos y 196 personas reincorporadas de las FARC-EP. Mientras tanto, roto el concepto de soberanía nacional, el suelo colombiano es patio de 7 bases militares gringas y tropas de USA se mueven libremente, sin conocimiento ni aprobación del Congreso de la República, apuntando sus armas y sus estrategias desestabilizadoras contra Venezuela y contra los sectores progresistas de la región.
SEGUNDO. Al ritmo de la pandemia del Covid-19 crecen las amenazas, el acoso, el asedio, el silenciamiento y la eliminación de líderes y lideresas sociales; se reprimen las organizaciones sociales y políticas populares, se arremete contra comunidades campesinas, negras e indígenas en alianza criminal con el paramilitarismo, se activa el desplazamiento forzado de innumerables comunidades empobrecidas y se incrementan el presupuesto y el pie de fuerza del represivo y criminal ESMAD -Escuadrón Móvil Antidisturbios- y la represión a todas las formas de expresión alternativa popular y de protesta social.
TERCERO. Los TLC -Tratados de Libre Comercio-, favorables a los países ricos que se apropian de las riquezas nacionales, rompen los equilibrios del mundo natural, del suelo y el subsuelo, del agua, la EPITEO Escuela Popular Itinerante de Teologías desde Abajo -Una alianza de UPP-COMOSOC-MEP2 vegetación, el aire y las especies, producen desastres naturales y humanos y abundantes desechos tóxicos. Los macro-proyectos minero-energéticos y extractivistas honran sólo al dinero y sus beneficiarios. Es fraudulenta y criminal la utilización que se hace de la emergencia nacional decretada por la pandemia del Covid-19 para imponer con fuerza las reformas laboral, tributaria y pensional en contravía con el bienestar y los intereses del pueblo.
CUARTO. La corrupción billonaria de todas las esferas del poder, la moral de bolsillo, la mentira pública publicitada por los medios de comunicación, la desviación de los recursos del Estado a favor de las grandes empresas y de la banca privada, la impunidad y compra del aparato judicial, hacen de la economía nacional un festín de minorías en el poder.
QUINTO. Saboteados los procesos de memoria histórica y dirección del CNMH -Centro Nacional de Memoria Histórica- por personas dispuestas a entorpecer los procesos de esclarecimiento de la verdad que adelantan con compromiso y riesgo de la propia vida las organizaciones de víctimas.
SEXTO. Deplorable estado del derecho a la salud del pueblo colombiano, puesto en evidencia en la crisis del Covid-19. El Estado negocia el servicio de salud con privados que sólo buscan lucro. Negando al Covid19 como genocidio masivo de las potencias capitalistas, el gobierno confina a la población en encierros de miseria y hambre, sin preocuparse suficientemente por resolver sus mínimos vitales, mientras reprime la protesta, causa terror y miedo y manipula la información.
SÉPTIMO. Generación de una segunda fase de corrupción de AIS -Agro Ingreso Seguro- al entregar a grandes agro-empresarios los subsidios que fueron destinados para los pequeños productores campesinos y exonerar de condena a los culpables.
OCTAVO. La fe y las religiones, instrumentalizadas a favor de los sistemas y sus intereses, asumen posturas políticas en alianza con la muerte y sus agentes, con la opresión y sus actores. Persiguen y eliminan los cuerpos, sus estéticas, sus plurales sentimientos afectivos y sus múltiples expresiones eróticas. Jerarcas y pastores fundamentalistas bíblicos e ideológicos y manipuladores de personas bajamente ilustradas, ponen sus recursos, predicaciones y feligreses a favor de los fundamentalismos políticos de la ultraderecha.
- NUESTRAS EXIGENCIAS AL GOBIERNO COLOMBIANO
PRIMERA. Respeto e implementación integral al Acuerdo de paz entre el Estado y las FARC (noviembre de 2016), claro apoyo a la CEV, a la JEP y a la UBPD, en el marco del Acuerdo de Paz entre el Estado colombiano y las FARC, inversión adecuada de los Fondos Especiales para la paz en los PDET, en los Programas de desarrollo territorial para reincorporados, así como en planes y acciones dirigidas a personas reincorporadas, para el logro de su reintegración plena a la sociedad civil.
SEGUNDA. Que, como aporte a la construcción de una paz total, estructural, plena, justa y duradera, en Colombia y en la región, se asuma la inmediata reanudación de los diálogos de paz con la insurgencia del ELN y, en simultánea, expulsión del suelo colombianos de militares y expertos militares estadounidenses y de sus bases militares.
TERCERA. Protección plena y sin dilaciones de los derechos de la comunidad campesina y las personas en proceso de reincorporación de todos los ETCR -Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación del país-, la protección de sus vidas y bienes, la aplicación del PNIS – Programa Nacional Integral de Sustitución de Cultivos Ilícitos y la presencia integral y coordinada de toda la institucionalidad del Estado en el territorio; la oportuna activación de alertas tempranas cuando la exijan las comunidades afectadas por inminente vulneración de sus derechos. Así mismo, garantía plena, inmediata y eficiente de la integridad y la vida de los miembros de movimientos políticos de oposición, de las defensoras y defensores de los Derechos Humanos, de los líderes y las lideresas sociales, de las mujeres y sus organizaciones, de las poblaciones LGBTI y sus organizaciones, de las comunidades afrodescendientes e indígenas y sus organizaciones, de las iglesias de los pobres y sus compromisos pastorales.
CUARTA. Reversión inmediata de todos los TLC que tienen que ver con el suelo y el subsuelo y su explotación, con las aguas, selvas y bosques, aire, especies y semillas nacionales. Así mismo, la suspensión inmediata de los proyectos minero-energéticos y extractivistas y de la erradicación de cultivos ilícitos con glifosato.
QUINTA. Retoma democrática de los “inamovibles” impuestos en las negociaciones de paz: reforma del sistema económico, reforma de la doctrina militar y del concepto de fuerzas armadas y de control, reforma del ordenamiento político, eliminación de la propiedad privada de los medios masivos de comunicación, transformación del sistema de salud.
SEXTA. Revocatoria inmediata del estatuto y dirección del Centro Nacional de Memoria Histórica y concepción del mismo como educador al servicio de la plena verdad y del resarcimiento de daño a las víctimas del conflicto armado.
- NUESTRA VOZ HERMANA A CRISTIANAS Y CRISTIANOS, A SEGUIDORAS Y SEGUIDORES DE ESCUELAS DE ESPIRITUALIDAD DE COLOMBIA
Como signos de esperanza, crecen por todo el país semillas de fe crítica y resistencia, de espíritu religioso insumiso, rebelde, contestatario y constructor de vida con el pueblo excluido y desde abajo; se suman, en actitud política de “Frente Unido”[1] , al movimiento de las y los empobrecidos, oprimidos y explotados, mujeres y hombres del pueblo con voluntad de transgredir políticamente los ordenamientos opresores que dañan y eliminan la vida, que se apropian el mercado, la cultura, las economías, los cuerpos, el planeta, las relaciones y los bienes comunes.
Haciendo eco al Jesús de Nazaret que inspira a muchas y muchos de nosotros y a los movimientos proféticos de distintos pueblos y culturas, muchos de los cuales inspiraron el compromiso y el mensaje del mismo Jesús, les invitamos a) a retomar con audacia crítica y profética desligada de intereses de poder y de dinero, su fe en el Evangelio, fe que debe alentar a romper todo vínculo con los poderes opresores; b) a promover espiritualidades que, con los pies sobre la tierra, reconociendo el momento histórico y con voluntad socio-crítica, rompan las tentaciones de la prosperidad individual y lean las realidades con las luces que ofrecen las ciencias sociales; c) a impulsar un movimiento nacional de fe y espiritualidades que reemprenda, en actitud macroecuménica y sin distingos dogmáticos, la construcción de un Frente Unido como alternativa política de poder popular.
Desde distintos lugares de Colombia y del mundo, a 18 de junio de 2020.
[1] EL FRENTE UNIDO es una propuesta de organización política y unidad revolucionaria del pueblo propuesta por el sacerdote Camilo Torres Restrepo
Descargue con firmas aquí: Manifiesto por la vida y por la paz estructural, estable y duradera -EPITEO-