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Por Pablo Ruiz*

El triunfo del Rechazo en Chile, con el 61,86% de los votos emitidos, a la Propuesta de Nueva Constitución en Chile, en el plebiscito del 4 de septiembre pasado, nos debe llamar a una profunda reflexión sobre el ejercicio de la democracia, sus contradicciones, como el fuerte impacto que tienen los medios de comunicación hegemónicos dominados por los sectores conservadores en Chile.

Un país verdaderamente democrático no tendría jamás una Constitución cuyos orígenes y nacimiento se haya producido en una dictadura militar. Lamentablemente, en el caso de Chile, llevamos más de 32 años siendo regidos por la Constitución de 1980 impuesta durante la dictadura de Augusto Pinochet y permitida, por la élite política, en esta larga transición a una verdadera democracia.

La Constitución de 1980 ha sido el pilar fundamental mediante el cual se ha mantenido el modelo de sociedad neoliberal e individualista donde los derechos económicos, sociales y culturales, entre otros, no están garantizados para la mayoría de la población.

De acuerdo a un estudio del 2020, de World Inequality Databasede 175 paísescon información disponible, Chile es el 8° país del mundo con mayor nivel de concentración de la riqueza donde el 10% de mayores ingresos se lleva el 60,2% de los ingresos totales del país.

La Propuesta de Nueva Constitución, que ha sido rechazada, decía que las y los trabajadores deben tener sueldos equitativos, justos y suficientes, que todas las personas tienen derecho a la salud, a la educación, a la vivienda, a cuidar y ser cuidados, a no sufrir violencia, ni tortura, a tener juicios justos. Reconoce el trabajo doméstico, los derechos de nuestros adultos mayores, de las y los niños, de las diversidades, de la naturaleza, de los pueblos originarios, de las y los discapacitados. Son tantos y, en pocas palabras, consagraban los derechos humanos para que las personas pudieran vivir con plena dignidad.

Planteaba también que nuestra nación “se compromete con el mantenimiento de la región como una zona de paz” y que las Fuerzas Armadas y la policía deben “actuar con respeto al derecho internacional y a los derechos fundamentales garantizados en la Constitución”.

Sin embargo, estas propuestas fueron rechazadas por una amplia mayoría de la población chilena aunque parezca increíble. 

El poder de los grandes medios

La propuesta de Nueva Constitución para Chile que ha sido rechazada representaba un serio peligro para los intereses económicos de la élite chilena y de las grandes Corporaciones que controlan y concentran la riqueza que se genera en Chile.

Podemos entender entonces la razón que tuvo el diario estadunidense Financial Times quien señaló en una editorial que la “decisión de Chile de rechazar contundentemente una constitución utópica” es “un ejemplo notable de madurez cívica”.

Algunos hablan que ha sido un castigo a la gestión del nuevo presidente Gabriel Boric que se enfrenta, como en muchos países del mundo, a una alta inflación económica y que es lógico afecta a amplios sectores sociales.

Sin embargo, Gabriel Boric ganó las presidenciales con un 55,87% de los votos a su favor, vale decir obtuvo 4.620.890 votos. En su elección, el voto fue voluntario y votaron el 55% del electorado con derecho a sufragio.

La opción Apruebo a la Propuesta de Nueva Constitución obtuvo 4.860.093 de votos, más votos que con los que ganó el presidente Gabriel Boric. Sin embargo, en este plebiscito el voto fue obligatorio y la opción del Rechazo se impuso con 7.886.434 de votos.

Son muchos los factores que pueden explicar el Rechazo a la propuesta de Nueva Constitución. Algunos de ellos podrían ser:

1 – Durante las últimas elecciones casi un 50% de las y los chilenos que tienen derecho a voto no hay votado y es seguramente la primera vez que ejercieron este derecho. ¿Por qué no votaron voluntariamente antes? Es claro que hay en este sector de la población un desinterés muy grande de todo el sistema político y de la democracia chilena por eso no han participado.

2 – El sistema neoliberal ha fortalecido la cultura del individualismo como forma de resolver las propias necesidades. Un gran porcentaje de la población no tiene plena conciencia de que los derechos humanos son una obligación de los Estados.

3 – Quizás el factor más importante es que la élite chilena, con el apoyo mediático de los grandes medios de prensa chilenos y extranjeros, controlados por las grandes Corporaciones, desde el inicio hicieron campaña en contra de que haya cambios profundos y sustanciales en Chile.

De acuerdo al diario La Tercera, la campaña del Rechazo tuvo 200 veces más financiamiento con la que contó la campaña del Apruebo. Los grandes medios y la propaganda jugaron un rol muy importante en los resultados que conocemos en base a una campaña del miedo basada en mentiras y distorsión de los contenidos reales que se planteaban en la propuesta de Nueva Constitución.

Si bien la opción del Rechazo se impuso, el camino no está cerrado totalmente para que Chile pueda tener en el futuro una nueva Constitución que rija su destino.

El Congreso deberá determinar, en las próximas semanas, una ley para la creación de una nueva Convención Constituyente. Los miembros que sean electos deberán elaborar una nueva propuesta de Constitución la que muy posiblemente irá a plebiscito el 2023.

Los movimientos sociales debemos seguir trabajando para alcanzar una verdadera democracia  y para la consagración de los derechos humanos en una nueva Constitución para Chile.

* Pablo Ruiz es parte del Observatorio para el Cierre de la Escuela de las Américas en Chile.Este artículo ha sido escrito para IPB de Alemania.

Chile: Who won? Those same as always

With 61.86% of the votes cast, the triumphal rejection to the proposal for a New Constitution in Chile, on the September 4th plebiscite, should invite us to a profound reflection on the exercise of democracy and its contradictions, such as the strong impact of the hegemonic media dominated by conservative sectors in Chile. Read More …

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