Durante 16 años diversas organizaciones chilenas han demandado al poder ejecutivo terminar con el envío de soldados chilenos a la Escuelas de las Américas del Ejército de los EEUU.
La primera protesta se realizó el año 2000 en la Plaza de la Constitución. Entonces se pidió al presidente Ricardo Lagos terminar con los envíos de soldados a esta cuestionada academia militar. Año tras año, gobierno tras gobierno, se ha insistido con la misma demanda desde entonces.
La Escuela de las Américas -también conocida como Instituto de Cooperación y Seguridad del Hemisferio Occidental- para quienes lo ignoren, jugó un rol fundamental para que se cometieran abusos a los derechos humanos por toda América Latina.
No sólo se enseñó aquí la Doctrina de la Seguridad Nacional que inóculo la teoría del “enemigo interno” a todas las fuerzas armadas y de seguridad de nuestro continente, sino que también se promovió el uso de la tortura y otros métodos ilegales que significaron miles de crímenes que no es posible, ni sano, ni bueno olvidar para cualquier sociedad que crea deberás en el “estado de derecho”.
Con el retiro de las tropas chilenas de la Escuela de las Américas el Estado de Chile daría un paso más en dirección del derecho de las víctimas de tener “garantías de no repetición” ya que, justamente, este entrenamiento resulta perjudicial y contrario a una adecuada formación de las tropas chilenas que este basada en el respeto de la ley y los derechos humanos.
Por lo mismo, no es posible seguir enviando contingentes militares o policiales a recibir entrenamiento a los mismos EEUU país que en el pasado, y en el presente, no respeta los derechos humanos y las leyes internacionales y más aún es responsable -tal como lo señala el Informe Church y otros documentos históricos- de la tragedia que vivimos en Chile durante 17 años y cuyas consecuencias se arrastran hasta el día de hoy.
Un país, como EEUU, que tiene una base militar en Guantánamo con prisioneros a quienes se les tortura y no se les respeta el derecho básico a tener un juicio justo e independiente; un país que no ha firmado el Estatuto de Roma, y gran parte de los tratados de derechos humanos de la OEA, entre otros, no es digno, ni seguro, ni un ejemplo, para que entrene tropas chilenas ni de ningún otro país.
Es preciso recordar que hace diez años, en agosto del 2006, una delegación de EEUU, de paso por nuestro país, encabezada por el fundador de SOA Watch, Roy Bourgeois, junto a dirigentes chilenos, se reunieron con la ministra de defensa de la época, Vivianne Blanlot, en pleno gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet, y le pidieron directamente retirar las tropas chilenas de la Escuela de las Américas.
La ministra Blanlot, les dijo que conocía el papel nefasto que dejó la Escuela de las Américas en la historia pero les señaló que sólo podía “sugerir” al Ejército de Chile que dejaran de participar en esta cuestionada institución.
Recientemente, en octubre del 2016, 10 años después, Roy Bourgeois, junto a una delegación de EEUU y Chile, se reunieron nuevamente con el ministro de defensa, ahora con José Antonio Gómez, a quien nuevamente le pidieron retirar las tropas chilenas de la citada academia militar.
El ministro Gómez señaló en la reunión que también conocía la historia de la Escuela de las Américas y dijo que lo que sabía era que esta había sido cerrada. Se disculpo, agregando, que hace poco había asumido el cargo y que no podía dar ninguna respuesta sobre la petición sin informarse bien. Cabe recordar al ministro Gómez que Amnistía Internacional (AI) señaló que “Aunque el Ejército estadounidense afirma haber cerrado la Escuela de las Américas (SOA) y haber establecido la Western Hemisphere Institute for Security Cooperation (WHINSEC) como una institución totalmente nueva esta por casualidad está ubicada en el mismo espacio físico, WHINSEC es esencialmente la misma escuela que SOA, con la misma misión principal-la de transmitir técnicas militares a miembros de las Fuerzas Armadas Latinoamericanas”.
En 16 años han pasado varios gobiernos y los ministros de defensa, Viviane Blanlot, José Goñi, Francisco Vidal, Andrés Allamand, Jaime Ravinet, Jorge Burgos, y ahora José Antonio Gómez, de distintas maneras, han eludido resolver esta importante demanda que han planteado reiteradamente las organizaciones chilenas.
Hay que decir que Chile es el segundo país que más soldados envía a recibir entrenamiento a la Escuela de las Américas del Ejército de EEUU después de Colombia. El 2013 y 2014, 196 soldados viajaron cada año a EEUU y el 2015, asistieron 215 militares más.
Pero no sólo se envían, incluso, instructores de EEUU han dado entrenamiento aquí en Chile; el curso sobre “Operaciones Conjuntas” en la Academia de Guerra y el “Curso de Desarrollo Personal para Cadetes” en la Escuela Militar.
Por todo lo anterior, este tema debiera ser tratado y discutido en el Congreso Nacional, a falta de voluntad política de los diferentes gobiernos. En tal sentido, en octubre pasado, dirigentes del Observatorio por el Cierre de la Escuela de las Américas sostuvieron reuniones con los diputados Tucapel Jiménez y Daniel Núñez los que se comprometieron a buscar en la Cámara de Diputados un Proyecto de Acuerdo para demandar al poder ejecutivo el cese de los envíos de tropas chilenas a la tristemente, también conocida, “Escuela de Asesinos”.
Por Pablo Ruiz. SOAW – Fotos: Linda Panetta – Pablo Ruiz
Este artículo ha sido publicado en la Revista El Derecho de Vivir en Paz – Ver en PDF