monserratPara mi es un honor estar en este recinto y con la presencia de tantos hermanos de otros países de la patria grande.

Quiero en primer lugar, felicitar a los organizadores de estas jornadas y particularmente este panel que sintetiza mucho de nuestra historia, de nuestros problemas y de nuestras luchas para el futuro que es el tema de los golpes militares y los derechos humanos.

Es muy contundente la frase, es una antinomia del mal y de la respuesta de los pueblos que es lo importante. Quiero señalar que me siento honrado por compartir esta mesa con la señora Fabiola Letelier que nos conocemos desde hace años. En la década de los 80 viajé a Chile en oportunidad que se tramitaba, se discutía en ambos países la formalización de un acuerdo, de un tratado para superar definitivamente el problema que se había generado en el Beagle. En ese viaje, sucedió un episodio muy importante en mi vida. Tuve la oportunidad de tener una larga entrevista con el cardenal Silva Henríquez, una figura muy importante.

En ese viaje, pude comprobar que había un sentimiento compartido, por ambos pueblos, en sus representantes legítimos, en cuanto a hacer prevalecer, por sobre cualquier otra consideración, la histórica hermandad de nuestros pueblos y la necesidad de unirse, en esas circunstancias difíciles, pero pensando, como destino histórico, como destino común frente a los verdaderos enemigos que no están dentro de la familia de América Latina.

Sabemos perfectamente que son intereses y designios imperiales ajenos a nuestra gran familia latinoamericana, y entonces, entre las personas que entrevisté, entrevisté a la señora Fabiola Letelier que encabezaba CODEPU.

También me siento muy contento de compartir una vez más con mi amigo y hermano Martín Almada con el que hemos compartido en Paraguay, en Argentina y en otros diversos lugares de América Latina.

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Los golpes militares, nosotros hemos ya tratado de prescindir de esa denomi­nación, un tanto rutinaria, y desde hace unos cuantos años hemos empezado a trabajar, y ya está impuesto el con­cepto, de denominar, lo que sufrimos el 24 de marzo de 1976, como un gol­pe cívico militar porque hubo, como algunos sospechaban, complicidades de sectores civiles, complicidades de grupos empresarios, complicidades de las jerarquías eclesiásticas.

En cuanto el poder económico, y en­tre los grupos civiles de derecha, hubo protagonismo, co protagonismo no complicidad. Fueron promotores del golpe y fueron los ideólogos que dise­ñaron la política regresiva, destructiva que generó miseria, terror, muerte y pobreza en la Argentina. Esos sectores civiles fueron en verdad los verdade­ros ideólogos y los militares fueron los ejecutores. Todos tienen responsa­bilidad, unos por la ejecución directa de esas acciones criminales y los otros porque fueron instigadores y porque planificaron el golpe y ese golpe no es una excepción en la historia Argenti­na.

Tenemos una historia de más de medio siglo de sucesivos golpes, desde el año 1930, que fue el primero, hasta el 83 donde se recuperó el orden constitucional. Todos fueron inspirados por esa combinación de factores internos y externos para derrocar a gobiernos po­pulares elegidos democráticamente.

monserrat2El primer golpe fue en el 30, con esas mismas características, con el uso de otra poderosa arma que es el poder mediático, ya en aquellos años era importante. Hoy es uno de los factores decisivos de lo que ocurre y de la forma como se conduce y se manipula a nuestros pueblos, a nuestras sociedades y derrocaron a un gobierno constitucional que tuvo importantes aciertos y también algunos errores pero que significativamente trató de defender dentro de aquella coyuntura histórica intereses populares e incluso intereses latinoamericanistas. Hipólito Irigoyen, presidente argentino, fue derrocado por un golpe y es interesante destacar que hubo un escritor, periodista y novelista norteamericano muy famoso – Waldo Frank – que escribió una crónica sobre el golpe cívico militar y dijo que ese era un golpe con olor a petróleo. Por qué, porque el presidente Irigoyen también había impulsado la creación de una empresa nacional petrolífera YPF yacimientos petrolíferos fiscales de la Argentina y eso afectaba los intereses de las grandes empresas multinacionales petroleras, entonces esa es la historia de los golpes. Los golpes han sido todos programados para destituir a gobiernos que a lo mejor con contra­dicciones o limitaciones políticas o ideológicas pero que de alguna manera representaban la voluntad popular de nuestros países y así fueron todos los golpes posteriores y así aparecieron diversas formas de golpe.

Martín se refirió al caso especial, distinto en la forma, en que se produjo el golpe en Paraguay, pero en la Argentina se produjo un golpe que tal vez no está reconocido oficialmente con esa denominación, pero que lo fue, fue un golpe de mercado. En el año 1989, antes de terminar su mandato presidencial el presidente Raúl Alfosín, gene­raron una corrida bancaria, todo un clima con acompañamiento mediático, todo un caos, de saqueos, fue un escándalo enorme que terminó en que fue ingobernable la continuidad de ese gobierno. Esta es la historia de los golpes y lo que dio nacimiento a las organizaciones defensoras de los derechos humanos, que no son nuevas.

En Argentina, tenemos la más antigua Liga Argentina por los Derechos del Hombre que surgió no por casualidad en la década del 30, en 1937. Después de la II guerra mundial, después de los 30 años de las postguerra, en el marco de la guerra fría, se sucedieron importantes acontecimientos positivos, por un lado los movimientos de independencia, de autonomismo de las colonias de Asia y África que no fue cosa menor y que fue consecuencia tal vez de la guerra fría y de la situación que se planteó ahí; también el avance en lo económico social y en la cultura, en Francia le llaman esos 30 años, del 45 al 75, los gloriosos 30 años donde se instala por lo menos el concepto de estado de bienestar, que no resolvió todas las cosas, que no cambió la realidad sustancialmente, pero promovió avances significativos en defensa de los intereses populares. Entonces el debilitamiento de la guerra fría, el modelo alternativo al capitalismo que significó la revolución rusa y el surgimiento de la Unión Soviética, con sus claros oscuros, pero signifi­có una alternativa al capitalismo, eso es un crimen de lesa humanidad para el capitalismo, que se pueda pensar que hay alguna alternativa.

Esto fue llevado hasta sus últimas consecuencias como dijo el pseudo filósofo norteamericano Fukuyama que había llegado la hora del fin de la historia y la muerte de las ideologías, una falsedad absoluta y anti histórica, anti científica, y anti natural de que podía haber un fin de la historia y una muerte de las ideologías, la muerte de las utopías, la muerte de los ideales, la muerte del afán de superación de la especie humana. Todo eso nos sometió en una época dura, la dictadura acá de Pinochet, la dictadura en Argen­tina, la dictadura en Paraguay, en Bolivia, en Uruguay, en Brasil que nos hacía pensar que era muy difícil salir de esto y además el encumbramiento como sistema unipolar de Estados Unidos después de la guerra fría, que no podía haber ninguna disidencia y algunos, muchos amigos, muchos compañeros en Argentina sumidos en una desesperanza y un pesimismo total porque se veía muy distante la posibilidad de superar ese recodo siniestro de la historia, per­verso.

Yo tenía la esperanza, siempre fui optimista, pero esa esperanza de decir esto va a cambiar porque analizando la historia fácilmente podemos darnos cuenta de que nada es eterno, de que todo cambia, todo se transforma y con avances y retrocesos la humanidad pone en evidencia finalmente que no es verdad aquello de que todo tiempo pasado fue mejor, sino que fue peor y vendrán tiempos mejores. Sinceramente, yo no tenía la menor esperanza de que yo iba a poder ver un cambio. De tal manera que cuando a fines de los 90 empieza esto por Venezuela, por Chávez, la Venezuela bolivariana, por un montón de movimientos, no sólo de cambios de gobierno, que como bien mencionó el compañero, el de Lugo, que casi apareció como por milagro. Yo suelo calificar estas cosas, que aparentemente aparecen como un contrasentido como un ac­cidente. Hay veces que la historia promueve estos accidentes, como dice el famoso historiador Eric Hoffman, a veces el destino juega como una travesura, produce un hecho muy significa­tivo que no podía esperarse y empezaron a surgir movimientos sociales populares importantes en toda América Latina y particularmente en Sudamérica y gobiernos que expresaban en ma­yor o menor medida, con contradicciones, pero que expresaban sin duda más cabalmente las aspiraciones de los pueblos, entonces se abrió esta expectativa favorable que hemos tenido en estos años y debemos valorarla.

Ahora es cierto, estamos sometidos a una contraofensiva imperialista de una magnitud que lamentablemente advierto en mi país y supongo que en los países hermanos también y de la que no tiene conocimiento el pueblo. La prensa está manipulada a escala universal y en cada uno de nuestros países los principales medios de comunicación están en manos de gente de la derecha más recalcitrante a favor del imperio norteamericano.

Seguimos sufriendo la existencia de verdaderas quintas columnas, en cada uno de nuestros países. Es una situación francamente peligrosa, pero se oculta la magnitud que tiene la pene­tración no sólo militar en estos momentos la contraofensiva norteamericana.

Hay un documento del Pentágono que dice que el plan de dominación es de espectro completo, esta es la expresión literal “plan de dominación de espectro completo”, esto quiere decir no sólo militar, no sólo económica, sino social, cultural, de acción psicológica, de espionaje y con eso no es sólo militar, entendiendo que lo militar es monstruoso.

El aparato militar de Estados Unidos en este momento en el mundo no tiene precedentes en la historia. No hubo ningún imperio que logrará una dominación tal de tener más de 1.100 bases instaladas en todo el mundo, cerca de 100 – no sabemos exactamente – en Latinoamérica, flo­tas por todo el mundo; la cuarta flota instalada acá, en el 2008, reactivada, sin ningún sentido y con un almirante, la autoridad máxima de esa flota que dijo impúdicamente e impunemente que ellos estaban preparados para navegar las aguas azules y marrones de América Latina. Es decir, incursionar ilegalmente en nuestros mares territoriales como lo están haciendo aunque no lo mencionen ésto los periódicos y también quiere decir las aguas marrones de nuestros ríos interiores, quiere decir el Amazonas, el Río de la Plata, todo eso es lo que nos amenaza.

Frente a esa realidad se impone que realicemos un esfuerzo gigantesco para llegar masivamen­te a los pueblos, para que tomen conciencia de la gravedad de este peligro, de la inescrupolo­sidad del enemigo, de los métodos que emplea.

Todos hemos sido víctimas; no reparan en nada, en golpes militares, en represión, en asesina­ tos selectivos. Todo esto lo tenemos que denunciar desde la perspectiva de los derechos humanos porque somos nosotros quienes hemos defendido el derecho a la vida, los derechos cívicos, a la liber­tad, y ahora luchamos por los derechos económicos, sociales y culturales para enfrentar las consecuencias que nos trajeron esos golpes.

A todo esto, debemos agregar, como derecho básico fundamental, el derecho a la paz y el de­recho a la paz lleva implícito la condena y la lucha contra los mercaderes de la guerra, contra los instigadores de las guerras, contra los instigadores naturalmente de los golpes militares. Contra los que deformaron a las fuerzas armadas de América Latina pacientemente, pero muy hábilmente, para convertirlos en muchos casos en verdaderos ejércitos de ocupación dentro de sus propios países con el argumento de la guerra interior, el enemigo interior, las fronteras ideológicas, etc.

Felicito a los compañeros chilenos de 3 y 4 álamos, de la Comisión Ética Contra Tortura y del Observatorio por el cierre de la Escuela de las Américas por poner estos temas en la agenda. Solo nuestros pueblos pueden garantizar una posibilidad cierta de avanzar hacia una auténtica unidad de América Latina y de una definitiva emancipación de nuestros pueblos.

Muchas Gracias.

Ponencia de Miguel Monserrat, Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Argentina en el Foro: Golpes de Estado en América Latina y Derechos Humanos.

Por Editor

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